domingo, 28 de junio de 2015

La bendición esta es en ti, no temas



Génesis  13:8…. Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.

Abraham amó a su sobrino Lot al punto que desobedeció a Dios cuando le dijo que saliera de su pueblo y de su parentela y se lo trajo con él. Pasado un tiempo, Abraham enriqueció y, con él, su sobrino, por lo cual hubo contiendas por las ovejas y los pastores.

Abraham le rogó diciendo apártate de mí, no tengamos contienda. El creyente era Abraham  y las promesas eran para él. Al decidir separarse, Abraham no demostró temor del fracaso; puso a escoger a Lot: “¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Efectivamente, para donde fuere Abraham la bendición iría con él.

Dios nos ordena en su palabra a los creyentes a no unirnos en yugos desiguales, pues el diablo aprovecharía tal circunstancia para crear contiendas, y atormentarnos.

Un creyente no debe unir su capital en un negocio con alguien que desprecie a Cristo y que no lo acepte como su Señor, pues perderá todo.

Una aplicación práctica es la siguiente: "si tú crees en Cristo, no te debes comprometer en noviazgo ni mucho menos casarte con alguien que no comparta tu fe" porque después te será de contienda y sufrimiento".

Pero si estás unido en matrimonio o negocio, no siendo creyente y te conviertes al Señor y tu pareja o socio no, hay promesas para tu hogar, y para tu negocio.

La Biblia dice en 1 Corintios 7:13….”Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos”.

Por el contrario, el verso 15 dice: “Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.

El tema de fondo es que sobre ti hay bendiciones y promesas que dependen es de ti, no de la persona que tengas a tu lado. Nunca debes manifestar temor ante una separación de una unión que te hace daño, pues tu futuro, tu estabilidad, tu paz dependen es de Dios directamente.

Oración

Bendito eres mi Dios que cumples tus promesas y siempre te mantienes fiel, a pesar de nuestras desobediencias. Confieso que Jesús es mi Señor y que nunca temeré. Aún en las condiciones más adversas, sé que estarás conmigo.

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