Apocalipsis 3:19-22........Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Reprensión y castigo palabras que a nadie le gusta escuchar y menos cuando le hablan de Dios, muchos dicen Dios no es así, no estoy de acuerdo el es Amor, y tienen razón en Dios es amor, pero también es como fuego purificador.
Malaquias 3:2 dice: "¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.
Las escrituras afirman que el padre que no corrija a sus hijos no le ama "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. (Proverbios 13:24)
El libro de Proverbios habla de la disciplina. Dice: ......"Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza" (19:18). Esto último da a entender que una disciplina tardía es inútil.
"No rehúses corregir al muchacho, porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol" (Prov. 23:13-14).
La clave de evitar castigo es no infringir la ley de Dios y si ya fue infringida lo que queda es un genuino arrepentimiento después del castigo, por qué esperar tanto? Es mejor ser obediente.
El Señor está a la puerta, expresión parecida a la utilizada también cuando Caín desagradó a Dios con su ofrenda, al quejarse Caín Dios le dice: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. (Génesis 4:6)
Si tan sólo dijéramos Señor entra en mi corazón te abro las puertas, todas las cosas cambiarían en nuestra vida.
Dios ofrece un trono y el compartir la mesa con Él, que gran privilegio. El Señor no hará ningún cambio en nuestra vida a no ser que nosotros se lo permitamos.
ORACIÓN
En este nuevo día que me ofreces Señor te ruego perdones todas mis ofensas, invito a Jesús mi Salvador a que entre en mi corazón y sea el dueño de mi vida, prometo serle fiel y obedecerle en todo
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