viernes, 28 de agosto de 2015

ATRÉVASE

 Juan 5:3....En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.


Dice el relato que en Betesda había un estanque  de agua y "había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

Betesda significa "casa de la gracia”. Ese fue el nombre con el que llamaron a un estanque con pórticos o salas de espera. En los tiempos de Cristo, esos salones eran ocupados por muchas personas enfermas que estaban a la espera de un movimiento del agua producido por un ángel que sanaba al primero que entraba al agua. 

 ¿Qué tiempo tienes tú de estar esperando un milagro o que alguien te ayude para salir de una situación complicada?
 
Las expectativas de este hombre estaban reducidas a que "de tiempo en tiempo" apareciera la esperanza de un milagro para su vida,  pero siempre alguien se le adelantaba.  

Jesús llego a Betesda para cambiar ese sentimiento de llegar tarde a la bendición. En otras palabras, Él deseaba cambiarle sus expectativas al paralítico.

El hombre le respondió no tengo quien me meta en el estanque, pero él tenía delante suyo al dador de su milagro, pero sus limitaciones le impedían ver que el fin de su sufrimiento estaba parado delante de él.
Así estamos nosotros. En ocasiones, nos quejamos de nuestros problemas y estos no nos dejan ver que tenemos  la solución (Cristo) delante nuestro.

Jesús le habló de un milagro y él le respondió desde sus limitaciones. A veces no logramos alcanzar la salida a nuestro problema porque estamos esperando que llegue el milagro pero el milagro está al lado nuestro.

Los ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua no tenían quien los cargara o les ayudara a entrar en el estanque. Parecido  a los tiempos actuales, los necesitados de un milagro no van a poder llegar solos a una iglesia; necesitan que alguien les traiga o que el mismo Jesús les visite. En estos días Jesús está visitando los hogares que se disponen para abrir células y convertirse en “casa de gracia y de misericordia”.

 ¡¡Atrevase a orar por los enfermos, visitar las clínicas, y verá la Gloria de Dios!!
 
Oración
Padre, en el nombre de Jesús,  hoy quiero salir de la situación en que estoy (mencione su situación). Acepto tu ayuda. Creo que, en un instante, mi situación puede cambiar... Abro mi hogar como casa de oración, puerta del cielo, lugar donde tu gracia se derrama...

No hay comentarios:

Publicar un comentario