jueves, 14 de diciembre de 2017

Una nueva oportunidad


 Génesis 2:8.....Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.    Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Dios estuvo en la tierra en el huerto del Edén. Ahí se paseaba con Adán y Eva, cuando, de repente, estos cedieron a la tentación, le desobedecieron, cometiendo el mismo pecado del diablo: ”la rebeldía y la pretensión de ocupar su lugar", lo cual se traduce en un rotundo “¡no te necesito!”

Por esta razón fueron arrojados del Edén con su nuevo rey, el "rebelde"....Póngale usted todos los nombres que quiera: usurpador, padre de mentira, inicuo, acusador.

Génesis 3: 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Dios no pierde ningún territorio. Él expulsa del territorio al pecador para que no perezca para darle una nueva oportunidad.

Al salir el hombre del huerto del Edén, el Señor les da una promesa: de la descendencia de la mujer vendría el que le pisaría la cabeza a la serpiente, Jesús, el redentor, el cual fue engendrado en María por obra del Espíritu Santo de Dios.

Dice la escritura en Mateo 1:20 "Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

Dios estuvo con los hombres en la persona de Jesús, anduvo con ellos hasta el momento de ser crucificado, pero la tumba no lo retuvo. De ella se levantó victorioso;  al tercer día ¡resucitó! Luego ascendió a los cielos y su Espíritu envió a todo creyente que se arrepiente sinceramente de sus pecados.

Hoy el Señor se pasea con cada hombre que confiesa a Jesús como su salvador.


Oración
Gracias, Señor, por estar con nosotros. Gracias por tu Espíritu que has hecho morar en nosotros. Prometo que te obedeceré en todo. Quiero disfrutar de tu amor cada día. No me eches de tu presencia, ni quites tu Santo Espíritu  de mí.




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