Hay poder en su palabra.

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” 

Dios es el creador del universo, y creó al ser humano para reflejar su presencia. Lo creó a su imagen y semejanza.

Como reflejo de Dios, cuando ponemos sus palabras en nuestra boca, y la declaramos empezamos a liberar el mismo poder que creó el universo, la Biblia en Romanos 4:17 que el llama las cosas que no son, como si fuesen. Al hablar la Palabra sobre nuestras circunstancias, estamos liberando el poder que las cambiará y nos llevará a vivir en un nivel más alto en nuestra vida.

El poder creativo de Dios se libera en palabras.

Todas las fuerzas creativas comienzan con sus palabras. Cuando Jesús caminaba en esta tierra demostró el poder creativo al hablar las palabras de Dios.

Le habló a la tormenta la voluntad de Dios.

Le habló a la hija de Jairo la voluntad de Dios.

Le habló al paralítico la voluntad de Dios.

Usted debe hablar también la voluntad de Dios.

No hable lo que ve, no hable la circunstancia, no hable del dolor o los problemas. Háblele al dolor o a los problemas lo que dice la Palabra de Dios. Todo cambiará. Jesús habló y el Espíritu Santo trajo cada cosa a la existencia. Él dijo a sus discípulos "obras mayores harán". Pedro y Juan le hablaron al paralítico: "levántate y anda" y sus piernas se llenaron de fuerza.

Jesús le dio a usted autoridad para hablar su palabra.

Comience a hablar palabras inspiradas por Dios. Use sus palabras para crear una atmósfera buena, saludable y victoriosa. Usted puede cambiar su mundo alrededor, no lo arruine con palabras destructivas. La gente  huirá de usted  si habla mal  y  si habla como Dios habla "bendiciendo" se le acercaran a  El aquellos que estaban lejos.

Anímense a cambiar su lenguaje, no se rinda. Si dijo algo equivocado, inténtenlo otra vez, hasta que usted sea el reflejo de Dios en su ambiente.

Oración

Padre, gracias por hacerme a tu imagen y semejanza. Gracias por darme las oportunidades de  hablar tu palabra a otras personas, gracias por utilizar mis labios para anunciar en el Nombre de tu Hijo Jesús buenas nuevas a los pobres, para decretar sanidad a los enfermos y libertad a los cautivos.