jueves, 9 de noviembre de 2017

El descrédito


Juan 1:11......“A los suyo vino y lo rechazaron"

Junto con la calumnia está el descrédito. Desacreditar significa disminuir o quitar el crédito, opinión o reputación de las personas, el valor o estimación de las cosas.

¿Le ha ocurrido alguna vez que usted se esfuerza en algo, tal vez en ser un buen trabajador, estudiante o ama de casa y de repente, esto se derrumba porque alguien desacredita o desmerita lo que usted hace? ¿Cómo se ha sentido?  Es posible que se haya resentido, deprimido, o que se haya sentido sin motivación para continuar.

El descrédito es otra de las armas mortales utilizadas por el diablo para destruir al ser humano. Jesús, nuestro Señor, padeció el descrédito siendo Rey. Siendo Dios, no fue reconocido, fue rechazado y aún en estos tiempos, hay quienes no le valoraran. 

No le conceden el crédito de su obra en la cruz, prefieren pasear un muñeco que no ve ni habla ni siente, antes que postrarse ante el invisible que ve, que escucha y que siente, y que les bendice.

“A los suyo vino y lo rechazaron...” (Juan 1:11)

Siendo el creador del universo, no tenía necesidad de dejar su forma para tomar la de un ser humano, y siendo el Rey supremo, no tenía necesidad de dejar su trono para ser siervo, y sin haber cometido pecado, no tenía por qué cargar con los nuestros. A pesar de todo ello, no fue reconocido, fue desacreditado.

Jesús nos entiende cuando, a pesar de hacer lo correcto, nuestros seres amados nos desprecian; tal fue su caso.

Los hijos pueden desacreditar a sus padres, pues cada uno de ellos son su carta de presentación. Cuando las persona los ven haciendo lo incorrecto, en derrota, o en pecado, esto habla mal es de los padres y no de ellos.

Si una persona se hace llamar hijo de Dios, pastor maestro, profeta etc. y su testimonio es incorrecto, desacredita al Señor. Nadie creerá en Dios, lo desacredita. 

La Murmuración: significa: Difamar, Desacreditar a alguien propagando cosas sobre su buena fama. Poner una cosa en bajo concepto. "Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley." Santiago 4:11

Pablo declara en Romanos 14:4, ¿tú quien eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

Si meditamos en todo esto, nos será mucho más fácil entender que estamos en pecado delante de nuestro Señor Jesucristo, cada vez que abrimos nuestra boca para desacreditar a nuestros hermanos, es decir, a sus siervos.

Oración
Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, a hacer obras impías con los que hacen iniquidad; y no coma yo de sus deleites

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