sábado, 11 de noviembre de 2017

Testigos de Dios


Isaias 43:10...... Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.

Dios el supremo ser, el incomparable, el todopoderoso, el eterno, el que, si necesitara algo, no nos lo pediría a nosotros (pues Él lo tiene Todo), el que dispone de un número infinito de ángeles como su ejército,  el que tiene a todo el firmamento como testigo que pruebe quién es Él, desea que  nosotros seamos sus  testigos.

Él quiere que nosotros primero que todo le conozcamos íntimamente.  Una cosa es conocer a alguien por su nombre y apellido otra que le conozcas en persona y otra en lo más íntimo. 

Es posible que usted tenga amigos íntimos, o que sus familiares sean muy íntimos con usted, al punto de conocer sus secretos, sus costumbres, sus defectos, aún sus virtudes y usted no crea en ellos. Si usted es casado o casada, esa persona sería el más íntimo suyo y es posible que usted no le crea ni le entienda.

Dios no solamente quiere que le conozcamos, que creamos en Él. Él quiere también que le entendamos.

"Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. (Jeremías 9:23..23)

Después que estemos seguros de conocerlo y entenderlo, el paso que sigue es aceptar ser  "siervo" (uno que le sirve), que mostremos su misericordia, restaurando vidas, y hogares y que, con grandes señales, seamos testigos de su grandeza y poder.

Que enseñemos a otros que sólo en Él hay salvación por medio de Cristo..."Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.

 ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.

 No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. (Isaías 44:6-8)

Dios quiere que seamos sus testigos pero primero tenemos que conocerlo nosotros porque ¿cómo vamos a testificar de Él, si nosotros mismos no le conocemos y le entendemos.

Oración 
Gracias, Señor, por escogerme como tu siervo. Creo que solo tú eres Dios y que en ningún otro hay salvación. Declaro, en el nombre de Jesús, que seré tu testigo y que anunciaré a otros acerca de tu gracia y misericordia.



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