jueves, 25 de mayo de 2017

La salvación


Lucas 19:9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

La mayor bienaventuranza que podamos alcanzar en la vida, es poder encontrar La salvación. Ésta, en el sentido bíblico, es la liberación, la sanidad, la seguridad, la preservación tanto temporal y espiritual total del ser humano. En otras palabras, terminar con la opresión y las consecuencias producidas por el pecado. Y por lo tanto, es todo lo que el ser humano necesita, pero que no todo ser humano busca.

Hablar de salvación es pensar que estábamos perdidos, perdidos en el pecado, y esclavos del diablo,   
1  Juan 3:8 dice......."El que practica el pecado es del diablo;  porque el diablo peca desde el principio.
  Para esto apareció el Hijo de Dios,  para deshacer las obras del diablo".

Otra bienaventuranza es ser considerados hijos de Dios.
 
Lucas registra este encuentro entre Jesús y Zaqueo, un ejemplo que nos puede identificar a todos nosotros.  ¿Qué estamos buscando?, ¿Por qué correríamos?  ¿Correríamos por tener una relación con Cristo? ¿Correríamos para encontrarnos con el Señor?  Muchos hoy corren por riquezas, por placer, pero casi nadie corre para alcanzar la eternidad.
 
Zaqueo,  jefe de los publicanos, probablemente era la persona más odiada de Jericó. Como jefe de los publicanos, estaba encargado de recaudar impuestos para el Gobierno romano enemigo de pueblo de Israel. Siendo él mismo israelita, los de su pueblo le acusaban de ladrón.

Zaqueo fue considerado un desheredado por el pueblo en Jericó debido a su colaboración con los romanos. La gente no le consideraba un hijo de Abraham. Así que la visita a su hogar y la declaración de Jesús de llamarlo hijo de Abraham  cambió su vida.

La visita de Jesús a su hogar trajo restauración a su vida y a su hogar. Si tú permites que Jesús visite tu hogar, éste será restaurado.

No podemos conformarnos con solo venir y tratar de ver de lejos a Jesús; le necesitamos cerca, le necesitamos en nuestro corazón, tenemos graves problemas sin él. Todo lo construido, sin él, está en riesgo constante de demolición. No podemos quedarnos montados en un árbol. Mirando de lejos. Le necesitamos urgentemente.

Oración

Padre, invito a Jesucristo a mi hogar. Declaro que hoy ha llegado la salvación, la restauración el perdón, la sanidad, el gozo y la liberación  a mi vida y a mi hogar. Perdóname, Señor, por todos mis pecados. Gracias por llamarme hijo

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