lunes, 26 de febrero de 2018

Un oído despierto.


Isaías 50:4.......“Despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

Si usted anhela ser bendecido por Dios, usted necesitará escucharle nítidamente. Para ello requerirá que sea Él mismo quien despierte su oído espiritual.

Note que, en más de una ocasión, la escritura lo dice. Por ejemplo, en Éxodo 15:26 dice... "Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador."

En Deuteronomio 28:1-14 dice:..... "Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

Igual que en la visión, usted puede ver bien o ver mal. En el oír pueden ocurrir varias condiciones asociadas, como oír y luego olvidar. Santiago 1:23 dice "porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

El oír requiere de fe. En Gálatas 3:2 Pablo les pregunta a los creyentes..... "Esto sólo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

El oír requiere un corazón (alma) dispuesto para Dios..."entre tanto que se dice: "Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones."  (Hebreos 3:15)

El oír requiere callar y esto es de sabios. Deberíamos pedir tal sabiduría a Dios. Santiago 1:19 dice: "Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.”

Lo principal es tener el oído despierto (abierto) a Dios, por lo cual deberíamos rogar a Dios: "despierta mis oídos" y una vez que se produzca el milagro de la audición espiritual, ser obediente a su voz.


Oración
Señor, ruego, en el nombre de Jesús tu hijo, que despiertes en mi espíritu la facultad de oír tu palabra. Ruego también que aumentes mi fe. Prometo ser obediente a lo que escuche de ti. Concédeme la sabiduría de callar, estando en tu presencia y cuando un siervo tuyo hable en tu nombre

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