miércoles, 28 de febrero de 2018

Ven a Jesus


Deuteronomio 31:17.....y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? 

Una de las afirmaciones empleadas en medio nuestro es "cerca de Dios hay bendición y lejos de Dios,  estamos mal.”

Es muy duro, y no es conveniente decirle a una persona que esté padeciendo un mal, que la causa de todo lo que le acontece es precisamente su pecado, e ignorar el sacrificio de Jesús.

Pero la realidad es esa. La Biblia enfatiza que las bendiciones vienen es por la obediencia a la palabra de Dios. La Biblia recomienda buscar a Dios desde muy temprano.

Cuando estamos pasando momentos difíciles, en pruebas, en dificultades, en las malas rachas, en dolor y viviendo lo peor de nuestras vidas, clamamos a Dios; Él viene en nuestro auxilio, nos ayuda, nos liberta, nos resuelve, y después, en la mayoría de los casos, nos olvidamos de Él y volvemos al pecado ¿Por qué?

Hasta que aparece otro problema u otra situación, y nos acordamos de Él nuevamente. !!Esto no debe ser!!

Si usted está pasando por un buen momento en su vida hoy, pero usted no ora, no escucha la voz de Dios, no lee bien temprano la Biblia y no medita en lo que lee, ni va a una iglesia cristiana y no tiene un compromiso con Dios, ni hace parte de un discipulado, usted está en un grave riesgo de perder todo lo que tiene y que el mismo diablo le robe su bendición.

Le recomiendo que lea Deuteronomio 28:15-68....En este pasaje parece que Dios hiciera o permitiera el mal. La más sana interpretación es que nuestro Dios conoce el futuro nuestro. Él conoce anticipadamente qué ocurre si el hombre se aparta de Él. Hay un ser maligno esperando para destruir nuestro hogar, nuestra vida, tan pronto nos alejamos de Dios.

Si usted está pasando por un cualquier circunstancia, sin Dios en su vida hoy y usted se arrepiente,  hay uno con los brazos abiertos esperándole.......2 de Crónicas 7:14 dice: "si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Ven a Jesús en este día y verás qué fácil es vivir bien, sin temores, sin angustias ni enfermedades; en paz, en gozo.

Oración
Señor, en este día, te pido perdón por pensar que todo lo que tengo ha sido producto de mi esfuerzo, o de mi inteligencia. Hoy reconozco que no es así. Me arrepiento de mis pecados y propongo en mi ser buscar bien temprano tu rostro en oración y lectura de la palabra. Cada mañana escucharás mi adoración. Abro mi corazón a Jesús hoy

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