domingo, 27 de septiembre de 2015

Cuidado con la incredulidad.

Marcos 6:56 ........Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.

La Escritura nos dice que, en ocasiones, Jesús sanaba a "todos los que le tocaban" . Pero, otras veces, no sanaba debido a la incredulidad de la gente.

Dice en Mateo 13:58  "Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos". Eso fue en  Nazareth, su ciudad natal.

Nadie es aceptado en su tierra (Lucas 4:24). Las personas que menos creen en Jesús y no le siguen, en ocasiones, son nuestros propios familiares y nuestros amigos. Así como se les hizo imposible creer que el hijo de un carpintero podría ser el redentor de la humanidad, le es difícil creer que en un familiar esté El Espíritu Santo de Dios.

Jesús sanó a personas que luego no le dieron la gloria. ¿Recuerdan a los diez  leprosos? Sólo uno le dio la gloria. Él ha podido en su presciencia sanar sólo al que le iba a dar la gloria, pero los sanó a todos, sin tener en cuenta su agradecimiento.

Los leprosos tuvieron fe para sanar pero no siguieron a Jesús, pues usaron su libre albedrío. Los de Nazareth  no tuvieron Fe para sanar y mucho menos para seguir a aquel que les podría dar la vida eterna.

¿Cuál es tu condición hoy? ¿Tendrás la fe suficiente para seguir a Jesús o sólo para una sanidad?

Jesús dijo: “Cuándo venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8). La pregunta implica no solo falta de fe en la tierra sino también en el pueblo de Dios.

¿Por qué Jesús diría esto? La fe es uno de los temas más hablados en la iglesia. Predicadores devotos lo enfatizan, y hay una avalancha de libros sobre el tema. Grandes obras están siendo hechas, enormes proyectos, todo en el nombre de la fe. Entonces, ¿qué nos está diciendo Jesús cuando pregunta, “Cuando suene la trompeta final, ¿encontraré algo de fe?”

 “Sin fe es imposible agradar a Dios: Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

Oración
Ayuda mi incredulidad, Señor. Necesito tener esa fe que tú regalas como un don. Ruego, en el nombre de Jesús, para tener un encuentro sobrenatural contigo, mi Dios, que cambie mi vida por completo. Hoy te entrego todo mi ser, entendiendo que es la mejor decisión de mi vida. 

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