Mateo 11:28-29......Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
¿Se ha sentido usted cansado, preocupado, tal vez, por alguna situación que no tiene solución? ¿Alguna vez ha sentido que su alma, que su ser, no tiene paz ni descanso? El deseo del Señor, nuestro creador, es que tengamos reposo, que tengamos paz.
Mis hermanos, en el monte Sinaí, Dios entregó los mandamientos. Uno de ellos decía “descansaras el séptimo día”. Algunos son obedientes y lo cumplen; otros no.
Jehova nuestro Dios quiere que físicamente descansemos. Él sabe, Él conoce que nos cansamos al ejecutar una labor. Nuestro cuerpo necesita descansar, de lo contrario se enferma.
De igual manera, nuestra alma se cansa, se carga con los problemas y las necesidades, tanto las nuestras como ajenas.
El descanso para nuestra alma sólo lo podemos obtener por medio de Jesús, entregándole a Él todas nuestras cargas.
Un día, los ángeles tocaron trompeta en los cielos anunciando paz, descanso, sanidad, liberación y buena voluntad para con los hombres que creyeran en la redención ,por medio de Jesús algunos han creído otros no.
El Señor nos está diciendo algo importante aquí. Al aceptar a Jesús y creer en su sacrificio, usted ha entrado en el descanso, en el reposo de Jehová, a una dimensión nueva, equivalente a una vida nueva.
Ya no serás esclavo del diablo, ni de ningún vicio, ni de ninguna persona ni de tu trabajo. Serás libre de tomar decisiones; una de ellas, seguir a tu creador.
Este nuevo mandamiento, "venir a Jesús", nos otorga un descanso espiritual, emocional, y físico.
Al meditar sobre esta palabra, nos damos cuenta que cuando le abrimos el corazón a Jesús, y le decimos “Jesús en ti descanso, te entrego mi vida”, es entonces cuando la Palabra se acciona, y viene luego el reposo que necesitamos para enfrentar cada una de las circunstancias de la vida.
Jesús promete de su auxilio, a cambio de que llevemos su yugo. Llevar el yugo significa, en palabras sencillas, soportar las diversas aflicciones por amor de su nombre; quiere decir que tendrá que existir por parte del hombre o mujer una separación de pecado, para tomar con plenitud el yugo al que se refiere.
Oración
Decido acercarme hoy a Jesús, mi Redentor. Le entrego todas mis cargas, mis aflicciones, mis preocupaciones, estando seguro que él traerá la solución a todas mis necesidades físicas y espirituales. Decido tomar a cambio su yugo.
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