Hechos 10:1.....Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios
Cornelio no era un apóstol, ni maestro, ni profeta ni evangelista ni pastor; era un soldado romano, enemigo de Israel y, siendo un Gentil, ni siquiera era contado entre el pueblo de Dios. Pero, la Escritura dice que este soldado era "piadoso, y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre" (Hechos 10:2).
Tal vez no seas evangélico, ni de la religión, pero amas a Dios y temes ofenderle, y en todo momento, ofrendas y ayudas al pobre. Eso te hace un candidato de su gracia.
Aquí tenemos a un hombre ocupado, Cornelio tenía cien soldados bajo su orden inmediata. Sin embargo, oraba en cada momento libre. Y un día, mientras oraba, un ángel se le apareció, llamándolo por su nombre. El centurión lo reconoció como la voz de Dios y contestó: "¿Qué es, Señor?" (10:4).
El Señor le habló directamente a Cornelio, diciéndole que buscara al apóstol Pedro. Le dio instrucciones detalladas, incluso nombres, una dirección, aún las palabras que decir.
Entretanto, Pedro estaba orando en un tejado cuando allí “le vino una voz" (10:13). De nuevo, el Espíritu Santo dio instrucciones detalladas: "Pedro, estás a punto de oír a unos hombres en la puerta. Ve con ellos, porque los he enviado" (vea 10:19-20).
Pedro siguió a los hombres a la casa de Cornelio para un encuentro verdaderamente divino. Lo que pasó allí impactó a toda la iglesia Pentecostal Judía. El Señor abrió el evangelio a los Gentiles.
Mis hermanos, Cristo Jesús nos ha sido dado a todos los hombres, seamos o no seamos de alguna religión. No importa de qué raza o nación seamos. Aquí lo importante es que él puede visitarnos, hablarnos y nosotros podamos aceptar ser llamados hijos de Dios por medio de Jesús.
Nosotros podemos también tener una revelación directa de Dios si tan sólo nos atrevemos a creer en Jesús, si nos disponemos a agradar con nuestras acciones al Señor.
Tú puedes ser un candidato de su gracia, tú puedes escuchar su voz, si quieres, hoy mismo.
Oración
De madrugada, de mañana, de tarde y de noche, a ti oraré. En todo momento te adoraré. No descansaré hasta escuchar tu voz. Quiero ser objeto de tu divina gracia. Te amo Señor. Mi más grande anhelo es tener mi propio encuentro contigo....
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