miércoles, 20 de julio de 2016

Dia 200 Una tumba en las alturas



Éxodo 32: 48....... Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;  y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo.

Moisés no sólo creía en Dios sino que tuvo la experiencia de tener una relación directa con Él.
 
Canaán para Moisés significaba lo que para nosotros sería el cielo. Un día entraremos a nuestra patria celestial.

Dice la Escritura que el Señor le dijo a Moisés que subiera a lo alto de una zona montañosa y muriera. Curiosamente, la cordillera recibía el nombre de Abarin, “las regiones de más allá”….porque más allá de ese lugar se contempla las regiones del Jordán de Canaán sin estar allí.

Cuando usted se coloca en un lugar bien alto, usted puede contemplar lo que está más allá de ese lugar, sin estar en él.

El sitio exacto de la montaña se llama Nebo, que se traduce "lo que anuncia o profetiza", “mirar con fe y esperanza el futuro.”

Y está situada en tierra de Moab, territorio pagano, territorio enemigo, hostil no deseado. Usted y yo no deberíamos desear esta tierra, este mundo y lo que hay en él, al punto de querer morir en los placeres de lo que hay en él.

Abarim era físicamente el último lugar antes de entrar a poseer la tierra, el último, punto la última parada. Tal vez usted  hoy está en ese punto y Dios te dice "mira, te muestro mi gloria."

Dios le explicó a Moisés la causa de no entrar, en el verso 51: "por cuanto pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.”

Las escrituras hablan de  Moisés como un gran líder, como un gran intercesor, como el hombre más manso sobre la tierra, pero que un día tuvo que subir al monte de las regiones del más allá y ser confrontando “por cuanto pecaste.” 

Mis hermanos, un día nos hemos de enfrentar cara a cara con nuestro hacedor y nos dirá: “entra en el gozo de tu Señor” o “mira lo que te perdiste; y muere por pecador.”

El pecado consistió en una mala representación de Dios. Moisés era un hombre admirable. Por el quebrantamiento de su alma, por los abundantes y efectivos tratos de Dios, había llegado a ser el varón más manso que pisaba la tierra. (Núm.12:3). Sin embargo, en Números 20 le hallamos pecando gravemente contra la santidad de Dios.

Declaración
Señor, hoy me arrepiento de ser un mal representante tuyo, con mis actitudes, comportamiento, y testimonio. En el nombre de Jesucristo, ruego me perdones y envíes tu Santo Espíritu sobre mí, que me guíe, me instruya, me enseñe  y me redarguya. No dejes que mi alma se pierda en el infierno.




No hay comentarios:

Publicar un comentario