Entender y conocer a Dios.
Jeremías 9:23.......Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra.
Aunque estas palabras corresponden a una época de conflicto en Israel, son las mismas para nosotros en este día.
La historia cuenta de que Jeremías lloraba de día y de noche para que su pueblo, sus amigos, su familia abandonarán los pecados que más molestaban a Dios como son: adulterio, mentira, prevaricación, desconocer a Dios (es dejarlo después de conocerlo) y la idolatría.
Decía Jeremías que deseaba mudarse al desierto sólo para apartarse de ellos, para no saber de ellos. Es posible que usted, en ocasiones, desearía no saber de su casa de su familia, ya sea de la de sus parientes maternos o paternos, o de la congregación y no saber nada, para no sufrir, para no llorar.
La respuesta de Dios fue:” busca mujeres expertas en llorar, plañideras.”
Una plañidera era una mujer a quien se le pagaba por ir a llorar al funeral de alguna persona. La palabra viene de plañir (sollozar).
Y decía Dios: “enséñales lo que van a decir en medio del llanto para que lo recuerden los hijos de los difuntos......” ¿Qué era lo que habían de decir? Que todo el mal que ocurre es a causa de abandonar a Dios, de no tenerle en cuenta para nada; de, a pesar de haberle conocido, abandonarle.
Porque si tú conoces a Dios, ¿habrás de ser condenado, castigado? más bien ¿por qué no te vuelves a Él que es misericordioso y está dispuesto a perdonar?
Conocer y entender al Señor es lo más hermoso que puede ocurrir a un ser humano. Dice la escritura que es en esto que el hombre debe alabarse; no en tener propiedades o un doctorado o un alto cargo. Lo más grande y Sublimé es conocer a Jehová nuestro Dios.
Declaración
Reconozco que eres misericordioso. No has hecho conmigo conforme a mis obras perversas. Eres fiel. Padre, te suplico que perdones todos mis pecados. Me arrepiento de ellos. Hoy te entrego mi vida. Creo que Jesús murió por mí. Acepto a Jesús como mi redentor
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