martes, 26 de julio de 2016

Día 205 Hablando del pecado


Miqueas  7:18.......¿Qué Dios como Tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para  siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.  Él volverá a tener misericordia de nosotros, sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Si nosotros nos arrepentimos, Dios nos perdona y se olvida de nuestros pecados. Él dice “no me acordaré de tus pecados; ya tus pecados están sepultados en lo profundo del mar.”  Entonces, si Dios nos perdona, tenemos que olvidar el pasado. 

Tenemos un enemigo que tira dardos y nos dice: “¿Cómo Dios te va a usar después de lo que has hecho?”  “Mira lo que hiciste. Le mentiste a esta persona, negaste a Dios etc.”  

Te menciona todas las cosas malas que has hecho en tu vida.  Aquí es donde tenemos que usar la Palabra de Dios como espada y recordarle a nuestro enemigo que Dios ya pagó el precio de nuestro pecado con su cuerpo y con su sangre en la Cruz del Calvario y más bien recordarle el futuro al diablo: “serás arrojado al infierno dentro de poco.”

Ahora tenemos un abogado que nos defiende.  Si nos arrepentimos, Dios no se acuerda más de nuestros pecados y entonces, como nosotros le creemos a Dios y sabemos que Dios se olvidó de eso, también nosotros vamos a enterrar, sepultar eso que nos agobia, nos angustia, nos hace daño y nos vamos a olvidar de nuestro pasado. 

En el libro de Isaías 43:25 dice: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordare de tus pecados.”

Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”

Ahora es el tiempo de olvidar lo que queda atrás y levantarnos y comenzar a caminar en el Supremo llamamiento que Dios ha puesto sobre tu vida y sobre mi vida. Dios promete hacer algo nuevo hoy.

La Biblia también nos anima a no volver a pecar.

Romanos 6:1 6  dice: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?  ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?  ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?, porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”

Declaración
¡Qué Dios como tú!  Solamente tú, Jehová, eres mi Dios; no hay otro como Tú. Has perdonado todos mis pecados. Con la sangre de Jesús me limpiaste, y los has enterrado en lo profundo de la mar y nunca más saldrán a memoria. Sólo puedo decirte, “gracias.” Te serviré todos los días de mi vida

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