lunes, 19 de septiembre de 2016

Dia 260 El Espíritu Santo y la paciencia


Hebreos 12:1…“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” 

Erróneamente, algunos consideran la paciencia una virtud desarrollada por la que soportamos con ánimo sereno los males de la vida, no sea que, por perder la serenidad,  abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores.

Otros, la consideran pasividad ante el sufrimiento; creen que si se enferman, es la voluntad de Dios y no  declaran lo que dice la Biblia "y por sus llagas fuimos curados" (Isaías 53:5). 

Otros la consideran un rasgo de personalidad madura, que hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que a las cosas que no dependen estrictamente de uno, hay que darles tiempo, no teniendo en cuenta que la oración del justo puede mucho, y que todo lo que pidiere en fe, Creyendo, lo obtendrá

El Señor, nuestro Dios, nos dice que la paciencia es un Fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22)

Un árbol de manzanas da manzanas, pues esa es su naturaleza. Un hijo de Dios, en el cual reposa su Santo Espíritu, es paciente pues este es su fruto natural. No es ansioso ni desesperado, ni angustiado de lo porvenir.

La palabra griega traducida como “paciencia” en el Nuevo Testamento tiene un significado de permanencia 
y perseverancia. Por ejemplo, Hebreos 12:1 dice: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” 

Un cristiano corre la carrera pacientemente, mediante la perseverancia, a través de las dificultades, ante la expectativa del cielo. En la Biblia, la paciencia es la perseverancia hacia una meta, perseverancia en Dios ante las pruebas, y una expectante espera por el cumplimiento de una promesa.

Colosenses 1:11 nos dice que somos fortalecidos por Él para “toda paciencia y longanimidad,” mientras que Santiago 1:3-4 nos anima a saber que las pruebas son Su manera de perfeccionar nuestra paciencia. Nuestra paciencia se desarrolla y fortalece más, resistiendo de acuerdo a los perfectos tiempos y voluntad de Dios

En última instancia, nuestra paciencia será recompensada. Santiago 5:7 dice: "Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.“

Declaración 

Padre, te doy gracias por tu palabra, la cual es inspirada por tu Santo Espíritu. No sólo me enseñas, también ministras mi ser y me das dones y un fruto precioso como la paciencia, con el cual caminamos día a día, esperando el cumplimiento de tus promesas

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