Mateo 5:5:…"¡Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra!".
Algunos consideran que la mansedumbre se cultiva, se practica, y piensan que tiene que ver con el auto control que ejerce cada uno sobre su temperamento y su carácter.
Mis hermanos, la mayoría de nuestros fracasos como practicantes de una religión tienen que ver con lo que pensamos, con lo que creemos. Cuando empecemos a depender no de nuestras cualidades ni de nuestros valores sino de la nueva vida otorgada por el a Espíritu Santo, no fracasaremos.
Moisés fue considerado el hombre más manso, pero él dependía de sus emociones. Estas le dominaron e hizo una mala representación de Dios. El único "esfuerzo" verdadero que debemos hacer es "por buscar la presencia de Dios en nuestras vidas"
Mateo 11:29 dice "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga"
¡Qué hermosa figura estar unidos por medio de un yugo con Cristo y que ese yugo sea su santo Espíritu! Para donde Él nos quiera dirigir, siempre triunfaremos.
Mansedumbre no es debilidad de carácter, es ser apacible de carácter, exento de altivez o vanidad. Predisposición que permite sufrir con paciencia las ofensas que se reciben sin irritación, resentimiento o ánimos de venganza. La mansedumbre está estrechamente enlazada con la humildad y la amabilidad, de las que rara vez se la halla separada. La palabra traducida “manso” viene de la raíz griega que significa “afligir; humillar”.
En la Biblia se destaca la mansedumbre como actitud hacia Dios, y después, hacia el prójimo. Por ejemplo, está escrito: “Los mansos ciertamente aumentarán su regocijo en Jehová mismo”. (Isa 29:19.)
Las personas mansas son enseñables —Jehová “enseñará a los mansos Su camino” (Sl 25:9)— y están dispuestas a aguantar disciplina de parte de Dios, aunque les sea gravoso por el momento. (Heb 12:4-11.)
La mansedumbre hace que las personas esperen en Jehová para que Él corrija los males y daños sufridos injustamente en lugar de airarse. (Sl 37:8-11.)
Efesios 4:1-4. Dice: "Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedunbre, soportándoos los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la humildad del espíritu en el vínculo de la paz, un cuerpo y un Espíritu, como también fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”.
2 Timoteo 1:7 dice: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio."
Declaración
Padre mío que estás en los cielos, hoy comprendo lo necesario que es para mi vida ser lleno de tu Santo Espíritu. Acepto estar unido a Cristo mediante un yugo, que bien es para mí estar con Cristo todos los días de mi vida.
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