Hebreos 13:9.....No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
Hay más de mil doctrinas de error en el mundo, todas ellas puestas en circulación por el enemigo de nuestra salvación. A ellas se refiere el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo: "no os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas."
El apóstol nos enseña que nuestro corazón, nuestro entendimiento, debe ser afirmado con la gracia, por lo cual debemos comprender de qué trata la gracia de Dios.
La gracia de Dios es el perdón de todos nuestros pecados por el simple hecho de creer que el castigo que merecíamos lo llevó Jesús sobre su cuerpo, y en agradecimiento nos arrepentimos sinceramente de haber pecado, y proponemos no volver a él.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.(Tito 2.11-13)
La gracia de Dios se refiere específicamente al poder que Dios nos da para dejar de practicar el pecado en nuestra vida diaria y vivir una vida santa, día tras día.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2.8-10).
De estos versículos usted deduce: que debe renunciar al pecado, es imposible que usted sea practicante de una doctrina religiosa donde le estimulen al pecado, por ejemplo la idolatría, o el adulterio.
Ninguna doctrina que le haga creer que por sus obras o donativos usted será salvo será correcta "pues la salvación no es por las obras."
Tampoco usted será salvo por afligir su cuerpo golpeándolo o pagando una manda por sus pecados. Ya los golpes lo llevó Cristo.
Ningún ser humano le podrá dar a usted ni la salvación, ni el convencimiento de cuál sea la doctrina correcta, sólo el Espíritu Santo de Dios puede dar tal convencimiento.
Oración
Señor, te ruego, en el nombre de Jesucristo, muéstrame cuál es la doctrina correcta. Enséñame de tu gracia y tu perdón. Guárdame de las doctrinas de error. Quiero tener mi propia experiencia contigo. Concédeme el poder escuchar tu voz.
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