lunes, 24 de julio de 2017

El misterio revelado a nuestro espíritu: "el amor de Cristo."


Efesios 3:17....... Para  que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

El amor de Dios es el misterio más grande revelado a los hombres por medio de Jesucristo.  Ninguna escuela teológica, ninguna religión,  ningún hombre  podrá revelar tal misterio; sólo el Espíritu Santo de Dios podrá tomar tal revelación escuchada por nuestros oídos y almacenada en nuestra memoria y bajarla a nuestro espíritu.

En los tiempos de Pablo ya existían los llamados gnósticos, los cuales dicen poseer conocimientos secretos. Pablo nos enseña "ustedes tendrán un conocimiento superior." El secreto que les es revelado hoy es superior a cualquier secreto escondido en cavernas durante siglos: ¡Cristo nos ama!

Según la doctrina gnóstica los iniciados no se salvan por la fe en el sacrificio de Cristo, sino que se salvan mediante la gnosis,  conocimiento superior a la fe.  Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse según ellos. Piensan que el ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo.

Pablo nos enseña en Romanos 8:32: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

El apóstol Juan nos enseña: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16

Tal  conocimiento usted tiene que darlo a conocer no sólo a las personas, también a los seres espirituales perversos que están operando en los aires.

Efesios 3:10 dice: "para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales  conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él.”

Declaración 
Declaro que soy un hijo de Dios. Declaro que su amor es incondicional. Creo que Él me ama a pesar de mis  errores. Me guardaré para Él. No practicaré pecado alguno, no lo ofenderé con acciones incorrectas

No hay comentarios:

Publicar un comentario