Santiago 3:14-16: “.....Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.”
La Biblia nos enseña de varias clases de celos. El que se refiere el pasaje de la carta de Santiago es un celo incorrecto, ocasionado precisamente por un espíritu diabólico, que nos hará llenar de amargura, pondrá enemistad y nos hará desconfiar de nuestros amigos, hermanos y aún nuestro esposo(a).
Números 5:14......“si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado...” Este pasaje habla de un “espíritu de celos” que, en algunos casos, actúa sin razón.
Este tipo de celo destruirá cualquier relación; es enfermizo, pues sin haber motivos ofenderá a la otra persona, la hará sentir mal y puede darse el caso, si no es firme en el Señor, que sea empujada a pecar a causa del mismo espíritu.
Otro clase de celo es el envidioso, el cual también es diabólico, pues aquí la persona es celosa de lo que otro tiene. Dice en 1 de Corintios 3:3: “porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”
Es una locura este tipo de celos. Toda incomodidad que usted sienta contra un ser humano por lo que éste tiene, es contra Dios.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”; Hebreos 12:15
La Biblia también nos habla de un celo Santo, el cual es distinto. Éste proviene del Espíritu Santo. Dice el primero de los Diez Mandamientos: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. (Éxodo 20:4)
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen".
Corintios 10:22-24: “¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”
Apocalipsis 3:19.....nos habla del celo como deseo por la obra de Dios...."Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. La iglesia aquí mencionada de Laodicea era una iglesia tibia. Dios no estuvo contento con ellos.
Declaración
En el nombre de Jesucristo, mi Señor, renunció a los celos enfermizos y diabólicos que atormentan mi vida, me declaro libre de todo espíritu de desconfianza y de envidia. Hoy decido confiar en las personas que me rodean.
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