viernes, 9 de octubre de 2015

El arca del testimonio



Josue 6:7-8......Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.  Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía.

Dios ordenó a Moisés que construyera un arca (un cofre) en madera y lo forrara en oro. Su tapa sería una cubierta de oro. Ordenó colocar dentro tres elementos que servirían de testimonio y de pacto con Dios por siempre y como recuerdo de lo ocurrido en el desierto.

El primer elemento, el maná; un alimento  caído del cielo milagrosamente, que sólo se podía consumir el día que caía, pues al día siguiente se pudría, pero conservado en el arca nunca se pudrió. Este maná representa la palabra de Dios en nuestro corazón que se mantiene viva, y que cada día necesitamos una nueva.

El maná tipifica también a Jesús, el pan que cayó del cielo para darnos vida....Juan 6:32 dice: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”. Le dijeron: “Señor, danos siempre este pan”. Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”

El segundo elemento era la tabla de los Diez Mandamientos, representando la ley de Dios, los cuales deben  estar en nuestros corazones siempre, y  ponerlos por obra obedeciéndolos, de lo contrario no nos aprovechan de nada. El conocer sin obedecer no tiene sentido (Hebreos 9:1).

El tercer elemento, una vara que tenía hojas verdes y unos almendros frescos, nunca envejecía. Representa al cristiano que siempre debe dar frutos (amor,  gozo, paz, paciencia, mansedumbre, etc). Dice el Señor que de la única forma que este fruto se dé es por su Espíritu dentro del hombre. (Números 17:1)

Representa también esta vara a Jesús, que murió y luego resucitó trayendo consigo un fruto, en este caso nosotros. (La vara que se guardó inicialmente era seca y sin vida).

Dios habló durante muchos años desde una nube encima del arca. Para los israelitas esto significó su presencia. Donde quiera que estuviera el arca, ahí estaría Dios, su presencia. (Éxodo 25:22)

En todo corazón humano donde esté la palabra fresca de Dios, donde esté el deseo de cumplir los mandamientos, el hacer su voluntad y el servirle, ahí estará su presencia. Ese corazón que alberga lo mencionado es como el arca del pacto.

Oración
Padre que estás en los cielos, quiero en este día abrir mi corazón a Cristo, en el cual está la vida eterna. Quiero, además, hacer tu voluntad y servirte. Ruego para que tu presencia siempre esté conmigo donde quiera que vaya.

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