sábado, 17 de octubre de 2015

La liberación, una señal, un milagro.



Marcos 16:17.......Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Sólo Jesucristo puede libertar a una persona poseída por demonios. Antes de su primera venida a la tierra, ningún ser humano pudo ser libre de tal flagelo del diablo; ningún ser humano tenía tal facultad sobre el mundo espiritual.

Por tal razón, Jesús fue rechazado por los líderes religiosos de ese tiempo. No lo aceptaron. No creían y dijeron: "Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios" (Lucas 11:15).

Mas Jesús les enseñó a ellos, como nos enseña en este día a nosotros, que: "Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae." (Lucas. 11:17)

En otras palabras, satanás, no hecha fuera a satanás. Un demonio no echa fuera otro demonio.

Y Jesús les dijo: "Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros." (Lucas 11:20)

"Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.  (Lucas 10:21-23)

Jesús, al regresar al cielo, dejó una gran comisión a los creyentes en El. Ellos establecerían su Reino por medio de la predicación del evangelio, acompañado de las señales, los milagros y los prodigios. El echar fuera demonios (la liberación) es una de esas señales. 

Marcos 16:17 dice: "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios."
Lo que para Jesús es algo normal, pues él es Dios, para nosotros es un milagro.

Algunas "enfermedades" no son físicas; son producto de algún demonio. Lea Lucas 11:14 "Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló."

En otra ocasión, liberó a un joven epiléptico (Marcos 9:17), reprendió un dolor de cabeza en la suegra de Pedro (Mateo 8:14) y Al anochecer, la gente le trajo a Jesús muchos atormentados por demonios y él ordenó a los espíritus que salieran. 

Si desea que oremos directamente por su milagro, no dude en llamarnos o visitarnos en la dirección de la contraportada del Devocional. 

Oración
Padre que estés en los cielos, en este día, decido aceptar a Jesús como mi único y suficiente Salvador. Me arrepiento de todos mis pecados y te ruego que me sanes de toda enfermedad. Líbrame del mal y arranca de mí ser todo aquello que te ofende.

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