lunes, 28 de agosto de 2017

Victoria sobre el enemigo


2 de Corintios 2:11.......“Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.”

La ignorancia y la victoria no son compatibles. Si usted quiere vivir en la victoria que Jesús ya le ha dado, no puede ignorar lo que él ha hecho por usted, lo que está incluido en ese nuevo y mejor pacto. Y tampoco debe ignorar que tiene un enemigo cuyo propósito es que usted no viva en acuerdo a ese pacto y manifieste la gloria de Dios en la tierra.

La ignorancia le abre la puerta a la destrucción.

Satanás no tiene autoridad sobre su vida si usted ha aceptado al Señor Jesús como su salvador. Él no puede hacer nada en contra suyo, a menos que usted lo autorice, creyendo lo que él le dice.

Por eso, la Palabra de hoy lo pone sobre alerta para que no caiga en su trampa. Usted no tiene que vivir atemorizado de él. Usted tiene la autoridad para echarlo fuera. Pero eso se hace comprendiendo cómo él actúa.

El diablo es predecible. Desde Génesis hasta Apocalipsis lo vemos actuando de la misma forma. Él trae a su mente ideas, sugerencias, palabras, esperando que usted las acepte como verdades para poder retrasar las bendiciones: “el médico dijo que esta enfermedad es incurable”, “nunca voy a ser feliz” “no sirvo para nada” “yo soy pobre, ¿qué puedo hacer…? 

Esta es la táctica favorita de satanas. Él quiere que declare y crea la derrota para poder hacerla realidad en su vida.

Eva cayó en el engaño, pero Jesús no. Él no ignoró sus maquinaciones y lo resistió con la Palabra.

Haga usted lo mismo. Cada vez que venga una Palabra, un pensamiento o una sugerencia analícela a la luz de la Palabra y si no está de acuerdo a ella, deséchela de inmediato. Si la deja circular en su mente, se instalará y robará su bendición.

Renueve su mente, no acepte lo que se tiene que rechazar, no hable como habla el mundo, no repita lo que le dicte el diablo. Piense y hable lo que Dios dice y verá su gloria manifestada a través de su vida.

Declaración

Padre, por tu Palabra renuevo mi entendimiento. Desarraigo de mi vida todo pensamiento, idea y sugerencia que el diablo había plantado y recibo las semillas de Tu Palabra. La gloria viene y la voy a vivir, en el nombre de Jesús

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