Hecho 9:31.........Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Samaria, en los días de Jesús, se encontraba en medio de las ciudades de Judea y de Galilea. La única forma de ir por tierra a una de estas dos ciudades era pasar por Samaria. Ésta se encontraba en una colina elevada. Su nombre significa: vigía, atalaya, posiblemente por su elevada posición que sobresalía.
En el pasado, cuando David reinó en Israel, la nación era conformada por doce ciudades y su capital era Jerusalén. Samaria era una de las doce ciudades. Debido al continuo pecado, el reino se dividió en dos, constituyéndose Samaria como la capital del nuevo reino, conformado ahora por diez ciudades.
Los Samaritanos adoptaron una religión satánica, una mezcla de judaísmo, hechicería e idolatría (2 Reyes 17:26). Sus habitantes se mezclaron con los extranjeros y adoptaron sus diversas religiones. Los Samaritanos generalmente eran considerados como "lo peor" y fueron despreciados por los judíos.
Samaria fue objeto de la gracia y del perdón de Dios. "Donde sobreabunda el pecado sobreabunda la gracia de Dios."
En cierta ocasión, los discípulos de Jesús, viendo las actitudes de los samaritanos que le rechazaron, le dijeron: “¿quieres que hagamos descender fuego del cielo para destruirlos?” A esto, Jesús respondió: "Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.” Y se fueron a otra aldea. (Lucas 9:51-56)
Jesús les predicó a los samaritanos y dejó en su partida una orden: "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra." (Hechos 1:8)...Note que hizo mención especial de Samaria, siendo que ésta le había rechazado. ¡Ese es el amor constante de nuestro Dios!
Lo que el hombre llama vil y menospreciado, para Dios es objeto de Su misericordia. Los sectores de nuestra ciudad que hoy se encuentren afectados por la delincuencia, el pecado y la maldad deben ser el objetivo de nuestra predicación, lo mismo que los países en conflicto.
Declaración
Señor, gracias por tu misericordia. Seré fiel a la gran comisión; iré aquellos lugares que son objeto del desprecio de la religión y de los hombres, por su condición de pecado; les hablaré de tu gracia y de tu perdón.
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