martes, 25 de octubre de 2016

Día 295 La agonia de mi Señor Jesus



Lucas 22: 43.....Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

 
El pasaje relata el momento en que Jesús está orando en el huerto de Getsemani. La angustia  al saber que lo venían a apresar para matarlo, el dolor al conocer que uno de sus íntimos discípulos lo estaba traicionando, la indiferencia de los once ante su sufrimiento, evidentemente hizo que Jesús pasara por un momento difícil.

Esas grandes gotas fueron el primer derramamiento de sangre que Jesús tuvo en aquél día. Completamente solo, se mantuvo absolutamente fiel en lo que tenía que hacer: entregar su vida por todos los seres humanos.  Jesús se mantuvo obediente al Padre, fiel a su llamado, hasta la peor de las muertes, la de la cruz.
 
Después de la Última Cena, Jesús tiene una inmensa necesidad de orar. Esto lo relatan las escrituras en             Mateo 26:36....... "Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 

Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

Buscó apoyarse en la compañía de sus discípulos y amigos íntimos y los encontró durmiendo; pero, entre tanto, uno no dormía; el traidor, Judas, conjuraba con sus enemigos el entregarle. Jesús siendo inocente, carga con los pecados de todos y cada uno de los hombres, y se ofreció, con amor, como Víctima para pagar personalmente todas nuestras deudas... y  sólo recibió olvido y menosprecio.

¡Cuánto hemos de agradecer al Señor su sacrificio voluntario para librarnos del pecado y de la muerte eterna! 

La imagen de la Agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos nos enseña a abrazar la Voluntad de Dios, sin poner obstáculo alguno ni condiciones.

Oración
Gracias, Señor, por la  sangre derramada por Jesús en el Getsemaní, la cual nos dio muestra de la fidelidad hacia el Padre de cumplir su propósito y nos libera de las palabras de maldición y mentiras que otros han lanzado contra nosotros. Esta sangre nos libera de las traiciones y engaños sufridos por aquellas personas en quienes confiábamos. Hoy nos cubrimos con esta sangre preciosa

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