Gálatas 5:7.......Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa.
En ocasiones, las personas conocen a Dios por sus obras. Algo hizo Dios que los atrajo hacia Él. En realidad, nadie busca a Dios; Dios es quien nos busca a nosotros. Otras personas han escuchado su voz, pues Él se nos revela de diversas maneras.
El tema es que, durante un tiempo, caminan con Dios y de repente, cambian. Si eran fogosos, se enfrían; si oraban, dejan de orar; si predicaban, dejan de predicar. Pablo, el escritor de esta epístola, les preguntó a los de la iglesia en la población de Galacia: “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?”
Y él mismo les da "una pista"...."Un poco de levadura leuda toda la masa"...Utiliza la figura de una masa a la cual le echan levadura y toda ella se afecta. Siendo la levadura pequeños hongos mircro-orgánicos que están por todas partes en la naturaleza, se alimenta del azúcar y produce dióxido de carbono como desecho.
El dióxido de carbono producido por la levadura se evapora. Cuando la levadura es incorporada a la masa, estos gases forman, en su lugar, burbujas, haciendo que la masa se crezca.
En la pregunta dice "¿Quién?". Ese quien significa que una persona sembró en ti algo que te afectó, así como alguien puso la levadura en la masa.
El cuidado que debemos tener es no permitir que alguien nos contamine con dudas, o con palabra contrarias a las de Dios, como en el relato bíblico en el cual el Diablo dijo a Eva: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3)......Le gestó una duda...”Dios no me dijo la verdad.”
La cuestión es ¿qué hacía Eva hablando con el Diablo? Si este desprecia a Dios, ¿qué haces tú hablando con alguien que no te edifica, sino que te perturba?
¿Qué haces tú contemplando un programa corrompido o de violencia en televisión o en internet? ¿Ver cómo otros pecan sin temor a ofender a Dios? Eso es "levadura."
Declaración
Señor, hoy propongo, en lo más profundo de mi ser, guardar mis oídos, mis ojos, mi paladar de todo aquello que provenga de alguien que no te ame. Seré yo el que los afecte a ellos para bien. Mi palabra será como la sal que preserva. Con tu gracia, los ganaré a ellos para tu Reino
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