jueves, 2 de febrero de 2017

Al que te pide dale.


Mateo 5:42.........Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

Hay muchas personas que viven de los demás. Para ellos, el pedir es un negocio; no tienen ninguna intención de trabajar.

Hay personas que, a causa del pecado, de un vicio, o a causa de los juegos de azar, lo han perdido todo y les toca mendigar. Hay personas desplazadas de la violencia, que huyeron dejando todo, sus propiedades o negocios y el único recurso que les queda es pedir.

Otros padecen enfermedades que les limita para poder ejercer un oficio y su única salida es pedir.

Cuando usted escucha este mandamiento de Jesús: "Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses…" se da usted cuenta que nuestro Señor no especifica a quién darle? Él sólo dice: "al que te pida dale…" Esto es algo muy difícil en medio de un mundo tan corrompido, donde tú llegas a pensar que el que te pide lo hace por negocio o para consumir drogas.

Es imposible cumplir los mandamientos de Dios con agrado, a no ser que el Espíritu de Jesús (El Espíritu Santo)  esté en nosotros, por lo cual, deberíamos buscar, afanosamente, el ser llenos del Espíritu Santo.

Por otra parte, la Palabra de Dios nos dice en Lucas 6:37 que no debemos juzgar, si no queremos ser juzgados y que no debemos condenar, si no queremos ser condenados y que debemos perdonar, si queremos ser perdonados.

Y también nos dice en Proverbios 3:27-28 que no debemos negarnos a hacer el bien a quien es debido cuando tuviéremos poder para hacerlo, y que mucho menos debemos decirle a nuestro prójimo “anda y vuelve mañana cuando tenemos con nosotros que darles.” 

Incluso Jesús, cuando habló del juicio a las naciones, dijo que llamaría herederos a aquellos que le dieron de comer cuando tuvo hambre, a quienes le dieron de beber cuando tuvo sed, a quienes lo recogieron cuando fueron forasteros, a quienes lo cubrieron cuando estuvo desnudo, a quienes lo visitaron cuando estuvo en la cárcel. 

Estos son, precisamente, los que hicieron todo esto, no a Jesús, sino a los que él llamaba sus hermanos más pequeños, es decir a aquellos en escasez y con necesidad. (Mateo 25:31-46).

Debemos hacer lo posible por alcanzar precisamente a aquellos a los que, por su situación de enfermedad, pobreza, adicción, hambre o cualquiera que sea su limitación, son más vulnerables. El cristiano es precisamente aquel quien debe reflejar la luz de Cristo al mundo. 

Declaración
Declaro que pondré en práctica la palabra de Dios. Seré obediente a ella, me ejercitare para la piedad. No juzgaré al prójimo. Al que me pida, le daré

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