viernes, 3 de febrero de 2017

Declare, viva y demuestre


Hechos 3:6...... Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!   Y  asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza.

Usted dice: "soy un hijo de Dios." Si usted lo está declarando, es necesario que también  viva como hijo y que también lo demuestre.

Pedro había conocido verdaderamente quién era Jesús. Él tuvo la revelación directa de Dios. Es necesario que cada uno de nosotros tenga tal experiencia.

Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Ser imagen de Dios implica tener las mismas cualidades del Padre. Jesús, el hijo de Dios, fue tentado en todo y no pecó; sanó a los enfermos, libertó a los cautivos, caminó sobre las aguas, y todo lo que declaró, se cumplió. Él fue un verdadero varón de Dios.

Si usted toma esta revelación y la acepta, todo lo "correcto" que usted declare en el nombre de Jesús se cumplirá.

Pedro, conociendo esta verdad, declaró un milagro en un hombre paralitico, y éste se sanó. Pedro vivió agradando a Dios en todo, haciendo su voluntad y demostrando su poder en el nombre de Jesucristo.

La vida cristiana es una vivencia, es de acción, de demostración de poder y debe coincidir con la santidad de la persona. Si usted ve o escucha de alguien que hace señales milagrosas y su comportamiento es pecaminoso, en él no está operando el Espíritu Santo de Dios.

Gálatas 5:22. Dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”

Por el contrario, si usted encuentra una persona "muy buena", conocedora de mucha teología y en él o en ella no están las señales de las que habla Marcos 16:16  "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán," en tal persona tampoco está actuando el Espíritu Santo de Dios.

Declaración
Declaro que soy un hijo de Dios; creo que Jesús murió por el perdón de mis pecados, de los cuales hoy me arrepiento. Viviré de acuerdo a la palabra de Dios y demostraré, por medio de las señales, quién soy.


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