1 Pedro 5:8....Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Cuando Satanás nos tienta y cedemos a la tentación nos aleja de nuestra verdadera identidad. El único que tiene el derecho de renovar nuestros pensamientos es Cristo.
El Diablo en el huerto del Edén tentó a Eva. Esta cedió y perdió la identidad de hija y se alejó de su presencia (su gloria)
Los deseos de Dios para nosotros son que estemos sanos, que encontremos esposa(o), que seamos prosperados, libres que vivamos en su gloria (su presencia).
Los deseos del diablo es que estemos en depresión, sin esposa(o), en ruina, en la cárcel, lejos de su gloria.
Detrás de los divorcios, las separaciones, las enfermedades físicas, y mentales hay demonios, que atormentan, usted no debe aceptar esta condición, debe reprenderlos en el nombre de Jesús.
Cuando alguien es encantado por el diablo se dice que esta cautivo, y necesita ser libre, necesita un rompimiento de esas ataduras espirituales
Usted debe discernir y romper con la hechicería, o con una religión que no es la correcta, no aceptar, al que le destruye el cuerpo y le atrapa el alma.
Otra forma de cautividad es estar resentido con alguien o no perdonar. Si tú no perdonas, estás cautivo de ese "sentimiento", y no puedes disfrutar nada de lo que realices en esta vida y el deseo de Dios es que estemos gozosos.
Proverbios 4:23 dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida". Al hablar del corazón en la Biblia se refiere alma. De la única forma que nuestro corazón está "seguro" es entregándolo al creador.
Si estás "atrapado (a) en la depresión, en la falta de perdón, enredado, tal vez, en un relación pecaminosa, caíste en un hechizo, un mal negocio, la solución es sencilla: entrega tu vida al único que puede darte paz Jesucristo. Recuerda que él fue a la cruz tomando nuestro lugar. Él se angustió para que tuviéramos paz, su sangre derramó para pagar el precio de nuestra libertad.
Oración
Gracias Señor Jesús por tomar mi lugar en esa cruz. Gracias por perdonar mis pecados. Hoy te entrego mi corazón. Sé que esto ocasiona un rompimiento. Seré libre de cualquier atadura y de la enfermedad. Rodéame de personas que te amen a ti y que me guíen en este nuevo caminar
Rafael Olaciregui
Centro Cristiano de Colombia
http://centrocristianodecolombia.org
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