Mateo 5:43-45.......Oíste que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Cuándo Jesús, nuestro Señor, es interrogado por un intérprete de la ley acerca de cuál era el principal mandamiento, Él respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Amar al prójimo es un mandamiento fácil de cumplir, si este es "buena persona" pero difícil cuando el prójimo piensa distinto que nosotros.
El Señor también nos ordena amar a nuestras esposas: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25) Este mandamiento también es fácil de cumplir cuando la esposa es buena, hermosa, cariñosa, y difícil cuando es lo contrario.
Y el Señor también nos ordena amar nuestros enemigos: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen." Mateo 5:44
Esto es aún más difícil debido a nuestra naturaleza pecadora.
El Señor Jesús continuó diciendo en Mateo 5:46: "Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
El mejor ejemplo que tenemos nos fue dado por nuestro Padre, al amarnos a pesar de ser nosotros malos y enemigos de Él. Romanos 5:10 dice "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida."
Pero ¿cómo amar a una persona que nos desprecia y que se ha declarado enemiga nuestra que nos persigue? Humanamente no es posible, pero en el Señor, es posible, cuando permitimos la acción del Espíritu Santo de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe. (Gálatas 5:22). Cuando tenemos una verdadera relación con Dios, podemos amar sin dificultad a nuestro prójimo, a nuestras esposas y a nuestros enemigos.
Oración
Padre, que estás en los cielos, clamo a ti, en el nombre de Jesús, tu hijo, suplicando por tu presencia en mi vida. Quiero ser lleno del Espíritu Santo. Quiero perdonar al que me ofende y quiero amar como tú nos amas a nosotros a pesar de nuestras ofensas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario