jueves, 23 de febrero de 2017

El privilegio de ser escuchado por Dios


Isaías 65:24......Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

“En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos” (Salmos 18:6)...Dios siempre oirá el clamor de su pueblo. Nosotros nunca debemos dudar que en los momentos difíciles el Señor nos oye.

Es una gran bendición saber que Dios oye nuestra oración.  El tener un Dios que está atento a nuestro clamor trae una seguridad y paz a nuestras almas. ¡No hay razón para dudar que Él nos oye!

Aún las Escrituras nos aseguran que antes que imploremos su ayuda,  ¡él ya nos oyó!  ¡Qué bendición es saber que Dios conoce nuestras peticiones, aún antes que nosotros se la pidamos!

Su oído para oír es tan agudo y fino que él tiene la capacidad de oír nuestra necesidad, aún antes que clamemos a Él. ¡Él promete responder aún antes que le clamemos! Su oído siempre está atento a nuestra oración, como nos dice Isaías 59:1,  “he aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír.” ¡No hay ningún obstáculo para que Dios atienda nuestra oración!

Nosotros podemos estar confiados que Dios nos oye en este día. Podemos tener la confianza y seguridad que nuestras oraciones siempre llegarán delante de su trono. 

No debemos nunca dudar que Él nos oye, ni pensar dos veces o titubear en clamar a Él. ¡Hoy hay que levantar nuestra voz y clamor a nuestro Dios en los cielos y saber que Él nos oye! Por esta razón, nunca debemos dejar que el afán llegue a nuestras vidas, “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mateo 6:31-32).

 ¡Gracias a Dios por tener el privilegio de saber que nos oye!

La Biblia dice en los Salmos 102:2 “No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare”.

La respuesta a este ruego la encontramos en Isaías 59:1.......He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír.

Tenga en cuenta que todo lo que pedimos, para que el Señor nos pueda escuchar, debemos pedirlo en el nombre de su hijo Jesús, que fue el que murió y resucitó por nosotros para poder tener comunión con el Padre....Juan.14:13 dice  "y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

Oración
¡Qué hermoso es saber que tus oídos están atentos a nuestro clamor! ¡Qué bueno es saber que la palabra no ha sido pronunciada por nuestros labios y ya tú la conoces, y que sólo me atenderás cuando te diga "en el nombre de Jesús"!....Gracias Señor

No hay comentarios:

Publicar un comentario