2 Timoteo 4:7-8.....He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
¡Qué bueno sería conocer cómo será nuestro último día de vida y que en ese día podamos decir, como el apóstol Pablo, "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe". Ante esta imposibilidad de saber cuál será ese día, lo mejor será vivir cada día agradando a Dios, no cediendo ni a la tentación ni al pecado.
Pensar en una batalla nos da la idea de una confrontación. Diariamente usted enfrentará luchas internas. Tendrá una lucha entre su alma y su espíritu, los cuales tratarán de dominar su andar. El alma se alimenta con sus sentidos naturales, lo que usted ve, escucha, degusta, palpa, huele, o siente. Su espíritu, en cambio, se alimenta de la palabra de Dios. Será más fuerte el que esté mejor alimentado, el cual ganara la lucha y el cuerpo obedecerá al vencedor.
También enfrentará luchas externas. Deberá conquistar y mantenerse. Cuando "alguien" le ofrece algo incorrecto, usted debe decidir si acepta o no.
Cuando alguien se le enfrenta y le reta, lo persigue, lo intimida o lo tienta, es una lucha. Aunque usted no lo pueda ver, existe un mundo espiritual a su alrededor y hay demonios que batallan contra usted de forma que el apóstol Pablo expresó:
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" ( Efesios 6:12)
Pablo, al parecer, sabe que le quedan pocos días antes de partir a la presencia del Señor y siente que cuando ese día llegue será galardonado como el que recibe un "diploma" al terminar una carrera en un colegio o una universidad.
La única forma en que usted y yo ganaremos esa batalla y terminemos nuestra carrera con éxito es tomados de la mano con Cristo, escudriñando cada día su palabra, hablar con Dios lo cual es orar. Vivir para agradarlo a Él.
Oración
Hoy decido caminar agarrado de la mano de Cristo mi Señor. Enfrentaré todas mis luchas con la seguridad de que Él estará conmigo todos los días de mi vida. Cuidaré su presencia en mí. Me guardaré en santidad para Él
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