2 de Juan 1:9-10....Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
Para perseverar en la doctrina de Cristo, necesitamos conocer algunos aspectos muy importantes que tienen que ver con el proceso del conocimiento y desarrollo de esta doctrina.
Doctrina es sinónimo de enseñanza e instrucción. De manera que para perseverar en la doctrina de Cristo, necesitamos ser enseñados o instruidos correctamente en ella. Tesalonicenses 2:15: "Dice: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra o por carta nuestra".
En este pasaje notamos que la doctrina se puede aprender por la misma Palabra que nuestro Señor nos enseñó en los Evangelios, y por las cartas apostólicas que se escribieron bajo la unción del Espíritu Santo.
Debe haber un profundo deseo e interés por aprender toda la enseñanza que Cristo nos dejó durante su ministerio en esta tierra, corroborada y ampliada por los ministros que el mismo Señor envió a todas las naciones, para hacer discípulos fieles, seguidores de Cristo. Esta gran comisión está registrada en Mateo 28:19-20.
Una vez aprendida la doctrina de Cristo, somos exhortados a obedecerla poniéndola por obra. Leamos Romanos 6:17: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”.
La doctrina nos sirve para cambiar los hábitos que habíamos adquirido durante todo el tiempo que estuvimos esclavizados por el pecado; rompe las ataduras de idolatría, hechicería y todas las demás malas prácticas que por ignorancia, habíamos adoptado como nuestra manera de ser en el tiempo pasado.
Si no obedecemos la doctrina de Cristo, abrimos puertas para que el dios de este siglo nos haga volver al fango cenagoso del pecado. Un cristiano extraviado de la senda de la verdad, es bocado fácil para el diablo.
Después de aprender y decidirnos a obedecer esta doctrina; debemos nutrirnos diariamente con todas las enseñanzas que la conforman, para mantener siempre fresca la decisión de perseverar en el conocimiento profundo de nuestro Señor Jesucristo.
Debemos buscar la perfección en la instrucción. Hebreos 6:1-2: dice " Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección;
Necesitamos perseverar, dando gracias a Dios por habernos enseñado lo fundamental para nuestra salvación, pero debemos avanzar hacia el conocimiento más profundo de toda la verdad que implica el reino del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Declaro, en el nombre de Jesús mi Señor, que cada día aprenderé de su doctrina, la seguiré, obedeceré sus mandamientos, perseveraré y buscaré la excelencia por medio de su Santo Espíritu.
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