2 de Timoteo 2:24........... Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
En las escrituras encontramos muchos términos. Algunos de ellos han sido traducidos del hebreo, otros del griego. Una interpretación sana para nosotros deberá incluir un diccionario bíblico o la lectura de una Biblia de estudio, oración y ayuda del Espíritu Santo de Dios.
La Biblia habla que Dios constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:11)
La Biblia habla de que todo creyente es un sacerdote: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".
La Biblia considera a los que cuidan la grey del Señor como obispos ó ancianos..."Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto. (1 de Pedro 5:1)
Todos los anteriores nombramientos deben tener algo en común y es ser "siervos del Señor". La palabra siervo significa esclavo (doulos). Describe a alguien que está sujeto a la voluntad de su Señor, y totalmente a la disposición de él y las cualidades que debe tener.
"Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él".
Todo creyente además es considerado hijo de Dios. Todo esto quiere decir que lo más importante no es el título que tengamos en una organización religiosa, sino ser llamados hijos, y siervos al mismo tiempo.
Se puede obtener un documento o certificado de una entidad, el cual es de mucho valor a nivel de organización, pero preocupémonos por ser verdaderos siervos del Señor. Ese título no lo emite hombre alguno.
Oración.
Padre mío, cada mañana al despertar te daré gracias por considerarme hijo tuyo. Te serviré todos los días de mi vida. Haré tu voluntad. Seré tu siervo. Ruego que nunca apartes de mí tu Santo Espíritu ni tu gracia.
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