domingo, 13 de noviembre de 2016

Día 313 Él te oirá en el día del conflicto.


Salmos 20:1.......Jehová te oiga en el día de conflicto. El nombre del Dios de Jacob te defienda, Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas,
Y acepte tu holocausto.

Esta promesa está basada en tus ofrendas hacia Dios y en el hecho  de que éstas sean aceptadas por El.

No creas que a Dios le puedes comprar con tus diezmos u ofrendas o lo que puedas ofrecer. Hay ofrendas que Dios no acepta. Aunque suena duro a nuestros oídos, su palabra dice:

"No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro."( Deuteronomio 23:18)

Así como nuestros buenos deseos y pensamientos son la materia prima con la cual Dios nos dará mucho más de lo que podamos imaginar, nuestras ofrendas, hechas con un corazón sano, serán las que hablarán por nosotros en el día del conflicto. Ellas activarán la promesa que dice (que Dios) "Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto."

Esta promesa nos confronta en el sentido de que Dios no nos oirá y mucho menos nos responderá cuando a Él clamemos si no hay una ofrenda que nos represente. Recuerde que Jesús se ofrendó a sí mismo por nosotros, los pecadores. Esa ofrenda habla por todos aquellos que en ella creen y se han arrepentido de sus pecados.

Entonces usted se preguntará de qué ofrenda se trata si ya Jesús se entregó por nosotros. La Biblia dice que nuestras alabanzas a Dios son ofrendas agradables a Él. "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. (Hebreos 13:15)

Malaquías 3:8-10 dice: ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Declaración 
Declaró que Jesús es mi Señor. Creo que él murió tomando mi lugar en la cruz. Mi alabanza será para Él. Pagaré mis diezmos y a Dios ofrendaré del fruto de mi trabajo. La primicia de todo lo que él me entregue a Él la daré.

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