Isaías 59:21.......Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.
Un pacto puede incluir más de una promesa. Los pactos con Dios son los únicos en los cuales usted puede confiar ciegamente, pues lo que Dios promete, Él lo cumplirá.
Igual que ocurre con las promesas, siempre habrá una condición que usted deberá cumplir para que se cumpla el pacto.
El Señor en esta promesa dice que su palabra, que está en nuestra boca -- lo cual equivale a estar en nuestro corazón, en nuestra alma, en nuestra mente y en todo nuestro ser, y que hace que usted piense en Él en todo tiempo -- estará también en nuestros descendientes...
Lucas 6:45 dice "porque de la abundancia del corazón habla la boca." Si Dios está en sus pensamientos, sin que usted se lo proponga, estará en sus labios también.
En una sociedad cada vez más corrompida, donde los valores humanos se han perdido donde la tendencia es que desaparezca el núcleo familiar conformado por una pareja de distinto sexo, donde pecados como el adulterio van en aumento, Dios nos da una promesa: "El estará en el corazón y en la boca de nuestros hijos y nuestras futuras generaciones por haber estado primero en nosotros".
Asegúrese usted hoy que Dios esté en usted
Ésta promesa tiene el poder de cambiar la vida de sus hijos: «Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y tus hijos volverán de la tierra del enemigo (la cautividad en que estén, el pecado en que estén atrapados).
Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra» (Jeremías 31:16-17).
«Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos» (Isaías 54:13).
«Tarde o temprano, el malo será castigado; mas la descendencia de los justos será librada» (Proverbios 11:21)
Declaración
Declaro que nunca faltará de mi boca la palabra de Dios. En ella me deleitaré de día y de noche. Leeré cada día las escrituras, en ellas meditaré. Le hablaré de ellas a toda persona que encuentre en mi camino.
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