Hechos 20:35. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
A toda persona le alegra que le den un regalo. Somos felices cuando alguien nos da algo. Hay una forma de ser más feliz aún y es dar al necesitado.
Algunas personas son profesionales en pedir, quieren vivir de la limosna, no por ser pobres ni necesitados. Pero es posible que, de diez personas que pidan en las calles, verdaderamente, una esté necesitando en ese momento. ¿Cómo saberlo?
La respuesta la tiene el Señor en Mateo 5: 42: "al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses."
¿Qué tal que la persona que te pide, verdaderamente, lo hace porque no tiene una fuente de ingreso, o es un desplazado por la violencia, o un damnificado por ola invernal y le niegues ayuda? Estarías en un serio problema con Dios.
Recuerda lo que dice Jesús en Mateo 25: 34: "Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí."
“Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis."
“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
Fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis". Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”
“Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”
Declaración
Gracias, Señor, por enseñarme cómo ser bienaventurado. Gracias por darme la oportunidad de darte a ti. Hoy aprendí que cuando le preste un servicio a un necesitado es como si te lo prestara a ti y tendré recompensa. Gracias por darme salud, paz y una fuente de ingreso
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