viernes, 9 de diciembre de 2016

Dia 344 No olvides ser agradecido con Jesus



Mateo 21:7.....y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima.

 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.   Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: !!Hosanna al Hijo de David! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor! !!Hosanna en las alturas!...Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

La fama de Jesús se extendió en toda la nación de Israel  y sus alrededores. Él había resucitado al hijo de una viuda en Naín; resucitó a la hija de Jairo y resucitó a Lázaro.

Había sanado a muchos leprosos, a  muchos enfermos de distintos tipos de enfermedades, como el de la mujer del flujo de sangre, la epilepsia, la ceguera, etc.

Hizo milagros creativos en personas que no tenían ojos; otros no escuchaban; otros no caminaban desde que nacieron y en segundos les dio vista a los ciegos, oído a los sordos y levantó a los paralíticos.

Él echó fuera demonios en personas cautivas.

Caminó sobre el mar  sin hundirse, y le daba órdenes al viento y al mar para que se calmaran; y lo más importante, perdonaba los pecados,  lo cual se considera más grande que las sanidades y milagros.

Al entrar a Jerusalén el domingo llamado de "Ramos",  le aclamaban, le reconocían como el Rey. Cuatro  días después, el llamado "jueves Santo", parte de esta misma multitud que lo aclamaba....gritaba a una, diciendo: !!Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!  Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús;  pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: !!Crucifícale, crucifícale! (Lucas 23:18).

¿Qué pasó? ¿Por qué en tan sólo tres días cambiaron de la alabanza a la condenación? Judas lo traicionó, los discípulos lo abandonaron y las multitudes le condenaban. La respuesta es que muchos de ellos actuaban sólo por una emoción; nunca hubo un agradecimiento, una entrega verdadera a Cristo.

Igual ocurre en nuestros días. Jesús es el mismo de ayer, de hoy y de siempre; aún realiza milagros. Al recibir un milagro, muchos lloran de la emoción, alaban a Dios y con el pasar de los días, se olvidan de quién los bendijo Esto es similar a los que después de tres días decían: “Crucifícale, Crucifícale!”

Declaración

Padre Santo, bendigo a Jesús tu hijo cada día y doy gracias por todos los milagros que ha hecho en mí.  Gracias por redimirme mediante el sacrificio de Cristo Jesús. Por su llaga he sido sanado; por su sangre derramada, mi culpa fue borrada y por su padecimiento, hoy tengo paz

No hay comentarios:

Publicar un comentario