lunes, 5 de junio de 2017

Como seremos purificaos



Tito 2:14…quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
 
Somos purificados por "La sangre de Jesús." Este es el único medio prescrito por Dios para la limpieza de nuestros pecados.
 
Hebreos 9:14 dice: ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
 
Apocalipsis 1: 5 dice: "y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.”
 
El Señor nos ordena que andemos en luz y tengamos comunión los unos con los otros como requisito para que la sangre actúe.
 
1 de Juan 1:7 dice: "pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado."
 
1 de Juan 3:2....Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.”
 
Efesios 1:7 dice: “En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia.”
 
Cuando una persona ha sido redimida, perdonada, no debe volver a pecar en aquello que le fue perdonado.
 
Hebreos 10:29 dice: "Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue  santificado (purificado)  e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?"
 
Somos purificados diariamente también por la obediencia a la palabra.
 
Luego de ser purificados por la sangre ya no hay más sacrificio y cada día la palabra de Dios  nos trae purificación. 1 Pedro 1:22 dice: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro…”
 
Note algo, al igual que en la santificación, en la cual la persona voluntariamente decide apartarse del pecado, esto requiere una acción. El Espíritu Santo es el que nos purifica y santifica, pero yo debo ser obediente y santo mediante una acción, un movimiento. Usted tiene que apartarse del pecado, usted tiene que ser obediente a la palabra de Dios.
 
En 1 Timoteo 4:12, El apóstol Pablo nos insta para que seamos ejemplo en cuanto a la palabra, conducta, amor, fe y pureza.
 
Declaración
Gracias, Padre mío, por la preciosa sangre de Jesús, derramada por mí, que me redimió, me rescato. Gracias por tu palabra que me purifica cada día. Me guardaré de no pisotear su sangre volviendo a pecar; me conservaré puro

Rafael Olaciregui
Centro Cristiano de Colombia
http://centrocristianodecolombia.org

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