sábado, 10 de junio de 2017

La Palabra sazonada


Colosenses 4:6.......Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
 
Usted ama al Señor nuestro Dios, y en ocasiones  le predica a otras personas, no encontrando respuesta o atención de parte de ellas. Es posible que usted necesite gracia, por lo cual debe pedirle al mismo Señor: “dame gracia al hablar.”
 
Necesitamos  poner condimento a las palabras cuando predicamos el Evangelio de Jesucristo debido a que  las personas, en su gran mayoría, estarán predispuestas para no escuchar acerca del pecado y de la salvación que es en Cristo Jesús.
 
Cuando el Espíritu Santo pone de su gracia, las personas nos escucharán y aún cuando la palabra sea "dura", dirán como Pedro cuando Jesús les preguntó si querían volver atrás como otros que no soportaron la palabra ":Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna." (Juan 6:67)
 
"Sea vuestra palabra siempre con gracia, Sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno."
 
La palabra “sal” se refiere a la influencia de los cristianos para impedir la maldad y para preservar el mundo de la corrupción espiritual. Por tanto, debería de dar gusto solamente escuchar hablar a un creyente y no producirnos vergüenza.
 
El Señor Jesucristo, dijo: “Vosotros sois las sal de la tierra.” (Mateo 5:13). 
 
Efesios 5:3-4 dice  “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.”
 
Si tu corazón es santo, tu boca lo declarará, porque de la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6.45).              
 
“Para que sepáis cómo debéis responder a cada uno…” Habrá ocasiones en las cuales el enojo llegue a nuestro corazón. Nuestro Señor Jesús dijo "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo" (Efesios  4:26).  En tales ocasiones, necesitaremos que nuestra palabra sea sazonada llena de gracia para no pecar.
 
Hay tanto poder en la palabra que sale de un hijo de Dios, por lo cual debe sazonarla, prepararla para no dañar a quien la dirigimos. Nuestro Señor Jesús dijo "bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.” (Lucas  6:28)
 
Declaración
Hablaré conforme a la palabra de Dios; clamaré para que su gracia sea en ella. Clamaré por sabiduría al hablar, cuidaré cada palabra que salga de mi corazón y de mis labios. Alimentaré mi alma y mi espíritu con la palabra de Dios

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