Hageo 1:8........Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y, seré glorificado, ha dicho Jehová.
En sueño veía, en medio de una reunión de creyentes, a un hombre de aspecto común; su rasgo era de una persona maltratada, “golpeada” por la vida; no se veía bien, trajinado, diría yo, como anduvimos todos en algún tiempo cuando andábamos sin Cristo.
Al preguntarle quién era él, me dijo: “soy un rey.” Todos los creyentes se sorprendieron; me decían: “¿cómo así?” No supe qué responder ante la insistencia de quien me preguntaba. Alguien cuyo rostro no pude ver dijo: “si él es rey, que traiga madera para que edifique su templo.”
El personaje que habló, estoy seguro, fue el Señor Jesús. Al preguntarle qué significaba la madera, me dijo: “la Palabra.” Tú puedes construir un templo, un reino con mi palabra, tu puedes sanar con mi palabra, puedes edificar confesándola. Tu puedes salir de la ruina, de la escasez, del conflicto, de la depresión con mi palabra. Con ella puedes ser salvo. Y hacer que otros gocen de estos beneficios.
Restituir, restaurar, sanar indican que en el pasado hubo, existió, eras sano.
Tú puedes construir tu vida como el que construye una casa, utilizando madera. En este caso, la palabra de Dios, confesándola, creyendo en lo que confiesas.
O puedes destruir tu vida despreciando su palabra y confesando lo contrario.
Mis hermanos una de las principales causa de nuestros males es vivir lejos de Dios, no escudriñar su palabra en la cual hay sabiduría, abandonar el templo o casa de Dios. No servirle con alegría. Y hablar en forma incorrecta.
Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” ( Juan 6:35).
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír (Isaías 59:1)
Declaración.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Propongo, en el nombre de Jesucristo, buscar tu presencia Señor cada día y tener en cuenta el lugar el sitio donde me congrego como mi propia casa...
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