viernes, 16 de junio de 2017

Un encuentro con Dios


Jeremías 29:11....... Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

Para andar con alguien, hay un aspecto que se tiene que dar en primer lugar: un encuentro.           

Si quiero salir a caminar con alguien, nos tenemos que poner de acuerdo en qué lugar nos encontraremos: la plaza, el centro comercial, su casa, en la esquina, etc. Lo mismo pasa si uno quiere caminar con Dios. Hay que tener un encuentro con Dios.

Jesucristo mismo nos mencionó dos caminos para todo ser humano que se encuentra en la tierra: uno es el camino llamado ancho, por el cual va mucha gente, pero cuyo fin es la condenación eterna.

Es un camino donde puedes hacer lo que quieras, seguir todos tus deseos, actuar como si Dios no existiera. Pero ten presente que es el camino que te lleva al infierno.

Existe otro camino llamado angosto. Por él van pocos, pero lo importante es que llega al cielo, a la presencia de Dios. Este camino es Jesucristo mismo.

Él dijo de Sí: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Jn.14:6). Dice también: "Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será salvo" (Jn.10:9).  En otras palabras, para poder andar con Dios como lo hizo Enoc, tienes que entrar por la puerta que es Cristo, y caminar por el camino que también es Cristo.

Tienes que tener un diálogo constante y profundo con Él, es decir, tienes que orar.

"¿Andarán dos juntos si no estuvieran de acuerdo?" (Am.3:3).Para caminar con Dios, Enoc también tuvo que estar de acuerdo con Dios. Tuvo que estar de acuerdo con la voluntad de Dios para su vida. Enoc no tenía la Biblia, en la cual se nos revela la voluntad de Dios para nuestra vida en todos los aspectos. Pero tenía el conocimiento del actuar de Dios y su conciencia que le advertía cuando había algo que no estaba de acuerdo a la voluntad de Dios, y con seguridad le hacía caso porque "caminaba con Dios."

Nosotros sí tenemos toda la revelación de la voluntad de Dios para nuestra vida en las Sagradas Escrituras. No tenemos que preguntar si estamos de acuerdo con lo que Dios nos ha hecho llegar por medio de las Sagradas Escrituras. Un caminar con Dios, significa también seguir sin desmayar hasta llegar al final.

Declaración

Padre, en el nombre de Jesucristo, tu hijo, prometo caminar todos los días de mi vida agarrado de tu mano, tanto en los días de calamidad como en los de fiesta. Prometo hacer tu voluntad. Tu oración debe ser: "Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud

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