domingo, 4 de junio de 2017

La pureza


Salmos 24........ ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar? santo el limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
 
 
Cuando el Señor nos quiere enseñar, en ocasiones, utiliza figuras. Por ejemplo, en la construcción del tabernáculo ordenó que algunos objetos se construyeran de oro puro, lo que tipifica que en Dios no hay ninguna mezcla con el mal, así como en el oro puro no hay otro metal.
 
Éxodo 25:31 dice: Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.
 
El candelero de oro tipifica a Jesús que fue golpeado y del cual mana la luz que alumbra a todo ser humano.
Aún la elaboración del aceite para el candelero debería ser de aceite puro de olivas, sin mezcla alguna. Éxodo 27:20  dice "Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas."
 
El aceite puro de olivas tipifica al Espíritu Santo, que es puro. Entendemos por puro que es sin mezcla sin contaminación.
 
Tanto el candelero y el aceite fueron formados y extraídos respectivamente con golpes. Jesús, nuestro Señor, fue golpeado y de Él siempre manó, exhaló pureza. Cuando lo maldecían y lo golpeaban, bendecía a sus agresores.
 
Así como esa lámpara y ese aceite eran puros en su composición, lo cual era requisito para ser usadas en el tabernáculo, que tipificó la casa de Dios, de igual forma, el hijo de Dios que aspira a ser usado por Dios y vivir en su morada eterna debe ser puro.
 
La pureza de un metal, o de una sustancia, necesita un tratamiento. En el caso del oro, debe fundirse a una temperatura de 1064 grados centígrados, de forma tal que se desprenda de él toda  impureza y quede él solo. En el caso del que aspira a entrar un día al cielo, "la casa de Dios", necesitará también un proceso de purificación.
 
Todo aquel que aspira a servir al Señor en su obra aquí en la tierra debe ser puro como Él es puro
 
Declaración
 
Señor, mi Dios, quiero un día estar contigo por la eternidad. Te ruego, en el nombre de Jesús, que me ayudes, que me enseñes cómo lograr la pureza en mi vida. Necesito ese tratamiento aplicado al oro y a la Oliva. Quiero darte lo mejor de mí.
 


Rafael Olaciregui
Centro Cristiano de Colombia
http://centrocristianodecolombia.org

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