Éxodo 32: 48 ........Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel.
Canaán para Moisés significaba lo que para nosotros significa el cielo; el cumplimiento de la promesa de vivir con Dios por la eternidad.
Dice la escritura que El señor le dijo a Moisés que subiera a lo alto de una zona montañosa y muriera. Curiosamente, la cordillera recibía el nombre de Abarin: “las regiones de más allá”….porque mas allá de ese lugar, se contempla las regiones del Jordán de Canaán sin estar allí.
Cuando usted se coloca en un lugar bien alto, usted puede contemplar lo que está más allá de ese lugar sin estar en él.
Si usted permite la acción del Espíritu Santo en su vida, usted puede escalar a los lugares celestiales donde está Cristo sentado y contemplar su gloria, su resplandor y su majestad, usted puede ver las promesas para este tiempo y cuál será su futuro.
Ya en el pasado, Moisés había contemplado, no sólo el valle del Jordán la tierra de Canaán, sino que el Señor le mostró cómo era el cielo, la Canaan celestial. Tenemos promesas de Dios para la eternidad y para el tiempo presente, pero nuestras aptitudes pueden hacer que éstas no se cumplan.
Las escrituras hablan de Moisés como un gran líder, como un gran intercesor, como el hombre más manso sobre la tierra. Pero que un día tuvo que subir al monte de la regiones del mas allá y ser confrontando por no honrar y santificar a Dios: “por cuanto pecaste”. Mis amigos, un día nos hemos de enfrentar cara a cara con nuestro hacedor y nos dirá “entra en el gozo de tu Señor” o “mira lo que te perdiste y muere por pecador”.
El sitio exacto de la montaña se llama Nebo: que se traduce "lo que anuncia o profetiza", “mirar con fe y esperanza el futuro”. Esta montaña estaba situada en la tierra de Moab, territorio pagano, territorio enemigo, hostil, no deseado. Usted y yo no deberíamos desear este mundo y lo que hay en él, al punto de querer morir a los placeres de lo que hay en él.
El poder contemplar, el poder ver sin estar, ayuda a profetizar. Usted ve una casa, usted ve un carro. usted ve una oportunidad, usted la desea, usted habla y dice “será mío”, “será mía”. Eso es profetizar algo que usted no tiene hoy y es lo que Dios está haciendo con nosotros. Él nos está mostrando su gloria en la eternidad, usted escoge entre quedarse en el sitio desde el cual está viendo el cielo o estar en el mismo cielo..
Oración
Padre mío, tu palabra me enseña que nada de lo que está en la tierra es comparable con lo que está en los cielos. Tú eres lo más grande y lo más hermoso y tú estás sentado en un trono sublime en los cielos. Yo escojo el cielo, el estar con Cristo y tu Santo Espíritu en la eternidad
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