martes, 19 de septiembre de 2017

Pedro no es lo que dicen, es Simón el del problema


 Juan 21:15......Cuando hubieron comido,  Jesús dijo a Simón Pedro:   Simón,  hijo de Jonás,  ¿me amas más que éstos?  Le respondió:  Sí,  Señor;  tú sabes que te amo.  El le dijo:   Apacienta mis corderos.

Simón, el hombre al cual Jesús llamó al ministerio, era violento. Dice  Juan 18:10:  "Entonces Simón, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha". 

Era, además, un cobarde. Negó haber conocido a Jesús  cuando más lo necesitaba, pues lo estaban condenando y nadie lo defendía. Dice Juan 18: 26:......."Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Simón (Pedro) había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? ......Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo".

Simón no "era constante"; abandonó el ministerio tan pronto Jesús murió. Siendo un líder, condujo a los demás discípulos a regresar a la antigua vida: 

Juan 21:2 dice: "Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.  Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.

Popularmente se mencionan muchos defectos en el apóstol Pedro, pero cuando usted lee las escrituras, encuentra algo sorprendente: la historia de Pedro es la historia del hombre lavado por la sangre de Cristo, del hombre redimido, y transformado en una nueva criatura. El problema estaba en el viejo hombre, Simón, al cual Jesús redimió.

Después de la muerte y resurrección de Jesús,  usted encuentra una nueva criatura, un hombre nuevo llamado Pedro. En el día de Pentecostés, con la llegada del Espíritu Santo,  es el primero que empieza a proclamar al Cristo resucitado , "Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas".

Días después, se agregaron por la predicación de Pedro cinco mil más a la iglesia. Es también el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de nacimiento en el templo. Usted encuentra ahora un hombre valiente que, a pesar de las amenazas de muerte, nada lo detiene; al predicar, no le importa que lo azotaran y lo enviaran a la cárcel. Ante el concejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo. 

El libro de Hechos  5:15 relata que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.  Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.

Declaración 
¡Cuán admirable es tu obra, Señor Jesús, en nosotros los hombres pecadores, cargados de tantos errores! No miras lo que somos sino lo que seremos. ¡Qué bueno es que no sólo nos das un nuevo nombre; también nos das una nueva oportunidad!

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