martes, 12 de septiembre de 2017

¿Dónde está tu corazón?


Mateo 6:19-21.....Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón

El corazón es, a menudo, mencionado en las Escrituras como el asiento de nuestras emociones, deseos, anhelos y hasta pasiones; también de la sabiduría y el entendimiento.

El corazón, mis hermanos, es el depósito de nuestros deseos. Por ello, nuestros deseos deberían ser los de Dios, no los nuestros.

Ahora entiendo por qué Dios me ordena soñar despierto, pues dormido, mi alma, mi ser expresa es su deseo y no el de Dios. Estando consciente, tú puedes elegir entre tu deseo y el de Dios.

El corazón, como su misma palabra indica, es el centro de lo que somos, pero como hombres naturales.

Vemos que la Escritura dice como sigue:

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5)

A causa de la caída, la intención del corazón del ser humano ha sido hacia el mal.

La Biblia dice : “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”  Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. (Jeremías 17:9)

El conocimiento de la voluntad de Dios deberá ser nuestro tesoro. “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1: 9)

El mismo Jesús nos explica que existen tesoros que son perdurables hasta la eternidad; son los tesoros celestiales: “…sino haceos tesoros en el cielo” Estos son los tesoros que perdurarán por siempre; son los eternos. Estos son consecuencia de buscar el conocer y hacer la voluntad de Dios, aquí en la tierra.

 Salmo 143: 10 “Enséñame a hacer Tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”.

Salmo 40: 8 “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.
Nosotros podemos llegar a saber cuál es el tesoro en el cual nuestro corazón está ocupado:

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6: 45)

Lo que nuestra boca hablare será indicativo de lo que hubiere en nuestro corazón.

Declaración.
Señor, mi gran tesoro es tu palabra. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; y no me olvidaré de tus dichos. Mi corazón guardare para ti

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