domingo, 27 de mayo de 2018

Causas de la ruina

Causas de la ruina.

Hageo 1:10-11.......... Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.

En la historia de Israel hubo un momento en que sus enemigos derribaron el templo (la casa de Dios) años más adelante un líder toma la decisión de reedificar el templo, pero el pueblo se había acostumbrado a no adorar a Dios y menos el "invertir"  y  en "gastar" esfuerzo y tiempo en construir  un santuario para La casa de Dios.

Por medio del profeta Hageo el Señor explica las causas de la sequía en la tierra  y de la ruina económica.

El  Señor siempre quiere  bendecirnos, el desea derramar lluvias de bendiciones en nuestras vidas. Comprendamos que ¡Si alguien desea bendecir a sus hijos, es Dios! Los planes que El tiene para cada uno de nosotros es bendecirnos y prosperara nuestros pasos. 

Pero a la vez uno se puede preguntar, ¿Porque es que no veo que esto suceda en mi vida? Leemos su Palabra, pero nunca logramos ver los resultados. El fruto de su Palabra, lo que el Señor nos a dejado escrito, no viene a cumplirse o ser real en nuestra situación.

Nos encontramos tal y como el Profeta Hageo lo describe, “Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto” (Hageo 1:6). 

Es triste cuando uno se encuentra en esta situación. Cuando nuestra vida no refleja lo que su Palabra nos ha prometido. Cuando nuestros cielos son de bronce, y no hay lluvias de bendición, “Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro” (Deuteronomio 28:23)

Todo esto sucede como resultado de dejar a Dios, de abandonar la prioridad de edificar su santuario. Nos encontramos edificando nuestras propias casas, y dejamos de edificar la mas importante, ¡la casa del Señor!

 Corremos de aquí para haya, sin encontrar la satisfacción, la paz, el contentamiento en nuestras vidas. ¡Dios desea que experimentemos cielos abiertos! Que nunca se nos olvide que es Dios que abre, o que cierra las bendiciones en nuestras vidas. 

El Señor nos recuerda en Hageo 2:9 que de El viene toda nuestra provisión, “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” ¡Hoy volvamos una vez mas a edificar su casa, a dar lo mejor que tengamos para El!    Al hacer esto veremos el favor y prosperidad de Dios sobre nosotros.


ORACIÓN.


Hoy propongo en el nombre de Jesús el congregarme en una iglesia cristiana, hacer parte de ella, propongo guardar el día de reposo para el Señor, propongo que El sea lo primero para mi y que su casa este mejor que la mía

1 comentario:

  1. Agradesco a dios por todas las cosas que a hecho con migo apesar de todos mis pecados, siempre a estado con migo.

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