lunes, 7 de diciembre de 2015

Que tu luz alumbre en la oscuridad



Juan 8:12......Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Jesús es la luz del mundo,  Él es Dios. Él no necesita a las estrellas, ni al sol ni a la luna y mucho menos unas lámparas ni unas velas para brillar.

El libro de Apocalipsis nos enseña  que en nuestra futura morada no habrá necesidad de la luz del sol: "No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 22:5)

La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (Apocalipsis 21:23)

El que está en oscuridad necesita la luz. El que no tiene luz propia necesita la luz de otro. Aún las piedras preciosas necesitan reflejar la luz; ellas, en medio de la oscuridad, no producen la luz.

Así son los ídolos dice la Biblia en el salmo 135:15.... "Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; Tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los que los hacen.

Esa es una de las razones por las cuales siempre se asocia a los ídolos con las lámparas y las luces artificiales; ellos no pueden dar luz por si solos.

La Biblia nos enseña que en un ser humano dispuesto para Dios puede habitar el Espíritu Santo, convirtiéndose esta persona en una antorcha. Nuestro Señor Jesús se refirió a Juan el Bautista  de la siguiente manera: "Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz." (Juan 5:35)

El Señor nuestro Dios considera al hombre lleno del Espíritu Santo como una lámpara y su deseo es que éste muestre su gloria y no sea simplemente un objeto inanimado, como lo es una imagen o un ídolo.

"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."

Oración 
Hoy decido que mi alabanza y mi adoración serán sólo para ti, mi Dios. Tú eres el Todopoderoso, el creador del universo. Tú entregaste a tu hijo Jesús por mi redención. Hoy soy libre, soy sano, y tengo paz. Hoy decido que, en lugar de encender una vela, entonaré un canto de adoración a Jesús, mi salvador. 



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