viernes, 11 de diciembre de 2015

Un ministro competente


 2 de Corintios 3:4......Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,  el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

En estos días está muy de moda las normas de competencias. Si usted conoce bien un oficio pero no cumple con una norma de competencia aprobada, usted no será apto para ejercer el oficio.

Lo otro que usted requerirá es que, además de conocer su oficio, tenga otras competencias que no tengan otros y que lo hagan a usted "especial." Por ejemplo, usted es contador, pero si además  de eso habla otros idiomas, usted será especial en su ramo.

El apóstol Pablo se refiere a sí mismo como uno que adquirió sus competencias de mano de Dios y no de hombre; no de las leyes escritas entregadas a Israel por medio de los mandamientos en una tabla, sino del Espíritu Santo de Dios .

El antiguo pacto era llamado de muerte... El verso 7 dice: "Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con Gloria” y un día debía de perecer..... ¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?”

Lo que Dios entregó a Pablo es lo que hoy nos ofrece a nosotros; que seamos ministros competentes de un nuevo pacto lleno de gloria.

En el pacto antiguo, el entendimiento de los israelitas se embotó. No pudieron cumplirlo. Esa ley era para condenación, y hasta el día de hoy muchos continúan así. El antiguo pacto caducó, venció, como cuando una medicina está vencida; no se puede usar.

Este nuevo pacto por medio del sacrificio de Jesús  es para justificación y salvación . Lo que Dios nos ha entregado es grande: Su Espíritu.

Lucas 4:18 dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor.” 

Este nuevo pacto no está en un museo ni mucho menos en tablas escondidas, sepultadas en una montaña; está grabado es en nuestros corazones. 

Oración
Bendito sea Jesús, el hijo de Dios, el ungido de Jehová, el que nos lavó con su preciosa sangre, el que nos perdonó todos nuestros pecados, el que nos regaló dones y nos sustenta ,el que nos hizo reyes y sacerdotes y nos hizo competentes para un ministerio Santo.

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